TEHERÁN.- La fuerte tensión que atraviesa Medio Oriente desde hace 10 días volvió a escalar ayer, en medio de las protestas que protagonizan los ciudadanos iraníes contra el Gobierno del ayatollah Ali Khamenei y del presidente Hassan Rohani. Por cuarto día consecutivo, cientos de personas se volcaron a las calles de Teherán y otras ciudades del interior del país para criticar la responsabilidad de las Fuerzas Armadas de Irán en el derribo de un avión de la Aerolínea Internacional de Ucrania, el miércoles pasado.
Jaqueados por la intensidad de las manifestaciones y presionados por la comunidad internacional, el Gobierno decidió mostrarse activo en el marco de la investigación que busca esclarecer qué fue lo que sucedió. Con este objetivo, el portavoz del poder judicial de Irán, Gholamhosein Ismaili, confirmó que algunas personas” fueron detenidas. No obstante, admitió que el expediente se encuentra en su primera etapa”.
Cabe recordar que, tras el derribo del avión, Irán negó las acusaciones en su contra. Tres días después, admitió su responsabilidad en la caída del Boeing 737-800 y, consecuentemente, en la muerte de sus 176 tripulantes. Tanto Rohani como el comandante de la Fuerza Aeroespacial de la Guardia Revolucionaria, Amir Alí Hayizadeh, aseguraron que se trató de un error humano”. La negación y demora con las que actuó el Gobierno motorizaron una protesta que comenzó el sábado y se mantuvo al menos hasta ayer.
La tensión escaló el domingo de la semana pasada, cuando un dron norteamericano acabó con la vida del general iraní Qasem Soleimani, acusado por Washington de tejer una estrategia en su contra. Furiosas, las autoridades de Irán decidieron abandonar las restricciones de enriquecimiento de uranio (paso clave para armar una bomba nuclear) previstas en el llamado Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés), firmado en 2015.
La respuesta de Europa al anuncio de Irán llegó ayer. Por un lado, las potencias europeas y el titular del Consejo Europeo, Josep Borrell, se manifestaron a favor de que Irán vuelva al pacto. No obstante, Francia, Alemania y el Reino Unido activaron el llamado mecanismo de resolución de disputas, un instrumento que puede derivar en el abandono del acuerdo y la reimposición de sanciones contra Teherán. Irán no está cumpliendo los compromisos previstos en el JCPOA”, advirtieron las potencias en un comunicado en conjunto. De esta manera, se refirieron a la decisión de Irán de declararse liberada de las restricciones estipuladas en su programa de enriquecimiento de uranio.
Ahora, la Comisión Conjunta a cargo de la resolución dispone de 15 días para hacer una primera valoración. No obstante, ese plazo puede extenderse. También puede ser resuelta a nivel ministerial, entre otras opciones. No obstante, si la disputa no se resuelve –parece ser ese el caso-, las partes pueden abandonar el acuerdo.
Teherán apuntó a Estados Unidos por el fracaso del pacto
TEHERÁN.- El portavoz del Ministerio de Exteriores de Irán, Abbas Musavi, reconoció ayer que el acuerdo nuclear firmado años atrás comenzó a tambalear cuando Estados Unidos decidió desvincularse. Además, sostuvo que la parte europea no ha logrado cumplir con sus obligaciones”, lo cual llevó a Teherán a reducir su implicación”. Cabe recordar que el presidente Donald Trump anunció un alejamiento del pacto en 2018 y la restitución de las sanciones económicas para Teherán. Días atrás, tras el asesinato de Soleimani, Irán disparó misiles contra bases iraquíes que albergan tropas estadounidenses. Como represalia, Trump anunció nuevas sanciones económicas. Es importante remarcar que la situación nuclear en Irán ya registraba irregularidades antes de los cambios decididos la semana pasada. Durante el último año, Irán fue aumentando su capacidad de enriquecer uranio por encima de los valores fijados en el pacto. En julio anunció que dejaba de respetar el límite de enriquecimiento fijado en 3,67%. No obstante, según inspectores de la agencia de la energía atómica de la Organización de las Naciones Unidas, el valor no superó el 4,5%, muy por debajo del 20% que alcanzó antes de la firma y del 90% que constituye el grado de pureza necesario para una bomba atómica.