Si bien las partes parecen haberse acercado, aún no lograron llegar a un acuerdo con lo cual volvió a extenderse el plazo de vencimiento de las negociaciones. Ante esto, surgen nuevamente varios interrogantes.
1. ¿Cuánto han avanzado durante estos cuatro/cinco meses en materia de negociación?
A lo largo de este período de negociación que arrancó a comienzos del año 2020, tanto el Gobierno como los grupos de acreedores han ido cediendo en algunos aspectos respecto a sus propuestas originales con la intención de llegar a un acuerdo que sea beneficioso para ambas partes; pero ¿cuáles son concretamente los avances? Si ponemos en perspectiva la distancia que existía entre las propuestas iniciales del Gobierno y los acreedores (que se dieron a conocer en el mes de abril), podemos encontrar varios puntos sobre los cuales hubo acuerdo -o al menos un acercamiento- en las últimas ofertas. Entre estos puntos, podemos resaltar:
Período de gracia: en la propuesta inicial del Gobierno se planteaba un período de gracia de 3 años durante los cuales no se abonaría ni capital ni intereses, aspecto que era intolerable para los acreedores. Este plazo, que ya se había reducido a 2 años en la propuesta de mayo, terminó acordándose en 1 año en la última oferta, contemplando esta demanda. Por lo tanto, los bonistas comenzarían a recibir pagos de interés a partir del año 2021.
Quita de capital: el Gobierno redujo la quita de capital a un 3% para los bonos globales (de Indenture 2016) desde el 6% y 4,5% que se había planteado en las propuestas anteriores. Si bien denota cierto grado de flexibilización, la quita máxima aceptada por los acreedores asciende solamente a un 1%, por lo que aún continúa siendo un aspecto a negociar.
Aumento en las tasas de interés: la propuesta de Argentina contempla tasas de interés anuales que ascienden hasta el 5% a lo largo de la madurez de los bonos, lo que deriva en un cupón promedio de 3,34%, mejorándolo desde los niveles de 2,1% y 2,6% correspondientes a las propuestas anteriores. Los acreedores, por su parte, también han cedido terreno en esta materia; el esquema de pagos de intereses correspondiente al Bondholder Group se asemeja bastante al del gobierno, con cupón promedio de 3,91%, mientras que el correspondiente a los grupos Ad Hoc y Exchange contempla tasas máximas en torno al 5,75% y arroja un cupón promedio de 3,62%.
Intereses corridos: los intereses devengados por los bonos elegibles en la reestructuración no eran considerados en la propuesta inicial del Gobierno y representaba uno de los principales puntos de discusión en la negociación. Finalmente, Argentina adopta una postura similar a la del grupo Bondholder, que reconoce los intereses corridos mediante un nuevo bono con vencimiento en 2030, el cual abona cupones del 1% a partir de 2021 y comienza a devengar su capital desde el año 2026. El grupo Ad Hoc y Exchange, por el contrario, exige un reconocimiento más estricto de los intereses mediante un pago en efectivo correspondiente a la mitad de dicho monto (antes exigía por la totalidad del mismo) y el resto a través de un nuevo bono con vencimiento en 2023 que devengaría una tasa del 4% y amortizaría su capital a partir de 2021. Si bien la consideración de los intereses representó un avance en la negociación, aún resta por definirse bajo qué modalidad serían reconocidos.
Endulzante”: Un tema que se venía planteando en la negociación era la incorporación de un endulzante” que agregue valor adicional a las ofertas; esto fue considerado en las propuestas que incluyen un cupón contingente. Tanto el gobierno argentino como el grupo Bondholder consideran un cupón adicional que se activaría dependiendo de la evolución de las exportaciones (no solo las del sector agropecuario). Aún persisten algunas diferencias sobre este punto ya que el warrant propuesto por el gobierno abonaría una tasa adicional de entre 0% y 0,75% en los años 2026 a 2046 cuando el crecimiento de las exportaciones supere el 3%, mientras que el grupo de bonistas considera cupones adicionales que varían entre 1% y 2,5% dependiendo de la evolución de las exportaciones, cuyo pago se materializaría durante los años 2024 a 2043. El grupo más exigente, por su parte, propone un cupón que ajustaría por el PBI (en base a los cálculos por el FMI) y abonaría un interés adicional del 2% entre los años 2025 y 2039 cuando el producto crezca por encima del 3% anual. Este cupón no solo se aplicaría a los bonos Par y Discount (de la Indenture 2005) sino también a los bonos globales del tramo medio y largo de la curva. Someterse a la evaluación del FMI para el cálculo del producto parece incomodar al Gobierno, pero lo cierto es que una vez resuelto este tema, se vuelve necesario una readecuación de los términos del acuerdo con el FMI lo que implicaría estar bajo la mira de esta entidad durante varios años más.