Hace cuarenta años, la nave espacial Voyager tomó las primeras imágenes detalladas de Europa, una de las 79 lunas de Júpiter. Estas imágenes revelaron grietas de color amarronado en la superficie helada de esta luna, lo que le da a Europa la apariencia de un globo ocular venoso. Desde entonces, distintas misiones al sistema solar exterior en las décadas posteriores han acumulado la suficiente información adicional sobre Europa para convertirla en un objetivo prioritario de investigación de la NASA en la búsqueda de vida.
Lo que hace que Europa sea tan atractiva es la posibilidad de que posea todos los ingredientes necesarios para la vida. Los científicos tienen evidencia de que uno de estos ingredientes, el agua líquida, está presente debajo de la superficie helada y a veces puede irrumpir en el espacio en enormes géiseres. Sin embargo, nadie había podido hasta ahora confirmar la presencia de agua mediante la medición directa de sus moléculas (H2O). Un equipo internacional de investigación dirigido por el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland, acaba de publicar la primera medición de vapor de agua sobre la superficie de Europa. Para lograr este resultado, el equipo utilizó uno de uno de los telescopios más grandes del mundo, el Observatorio W. M. Keck en la cima del volcán inactivo Mauna Kea en Hawái.
La confirmación de que hay vapor de agua sobre Europa ayuda a los científicos a comprender mejor el funcionamiento interno de esta luna. Por ejemplo, avala una idea, de la cual los científicos están prácticamente seguros, de que hay un océano de agua líquida debajo de la capa de hielo en Europa, con una cantidad de agua que posiblemente dobla la de nuestro planeta Tierra. Algunos científicos sospechan que otra fuente para estos géiseres podría originarse en depósitos de agua derretida a poca profundidad, no muy lejanos a la superficie exterior de Europa. También es posible que el fuerte efecto del campo de radiación de Júpiter esté despojando partículas de agua de la capa de hielo de Europa, aunque esta reciente investigación argumentó en contra de este mecanismo como el origen del agua observada.
«Determinados elementos químicos que son esenciales (como el carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, fósforo y azufre) y fuentes de energía, dos de los tres requisitos para la vida, se encuentran en todo el sistema solar. Pero el tercero, el agua líquida, es algo difícil de encontrar más allá de la Tierra», dijo Lucas Paganini, un científico planetario de la NASA que dirigió la investigación de detección de agua en Europa. «Si bien los científicos aún no han detectado agua líquida directamente, hemos encontrado la siguiente mejor opción: agua en forma de vapor».
Los científicos también descubrieron que el agua aparece con poca frecuencia, al menos en cantidades lo suficientemente abundantes como para ser detectadas desde la Tierra. Paganini dijo: “Para mí, lo interesante de este trabajo no es solo la primera detección directa de agua sobre Europa, sino también la falta de detecciones dentro de los límites de nuestro método de medición».
De hecho, el equipo de Paganini detectó la débil pero distintiva señal del vapor de agua solo en una vez en 17 noches de observaciones entre los años 2016 y 2017. A través de estas mediciones con el Observatorio Keck, los científicos detectaron vapor de agua en el hemisferio de Europa que siempre está orientado en la dirección de órbita alrededor de Júpiter.
Cada vez más evidencia de la presencia de agua
Antes de esta reciente detección de vapor de agua, han habido muchos hallazgos fascinantes en Europa. Uno de los primeros provino de la nave espacial Galileo de la NASA, que midió perturbaciones en el campo magnético de Júpiter cerca de Europa mientras orbitaba este gigante planeta gaseoso entre 1995 y 2003. Las mediciones sugirieron a los científicos que un fluido conductor de la electricidad, probablemente un océano salado debajo de la capa de hielo de Europa, estaba causando las perturbaciones magnéticas. Cuando los investigadores analizaron las perturbaciones magnéticas más detenidamente en 2018, encontraron evidencia de posibles géiseres.
Fuente: Centro de Vuelo Espacial Goddard de la Nasa.