Investigan la posibilidad de enviar humanos a Marte

Investigan la posibilidad de enviar humanos a Marte

Uno de los objetivos de investigación del hombre ha sido la Luna y por consiguiente, el planeta Marte. Este último posee la mitad del diámetro de la Tierra y su atmósfera está compuesta por un 95 por ciento de dióxido de carbono, 2.6 de nitrógeno molecular, 1.9 de argón y 0.16 de oxígeno. Cuando la nave espacial Curiosity aterrizó en el cráter Gale el 5 de agosto de 2012, comenzó a enviar información sobre la atmósfera del planeta rojo. Ante las mediciones recolectadas, los responsables del proyecto detectaron que los niveles de oxígeno (O2) subían más allá de lo esperado en la primavera y el verano, mientras que en invierno caían por debajo de cualquier pronóstico. En tanto, Rafael Navarro, investigador en el Mars Science Laboratory de la Nasa, señaló que los datos arrojados por el robot, allanan el camino para enviar una primera emisión tripulada a Marte en un futuro muy próximo.

El experto, a su vez, explicó algunas cuestiones vinculadas con el oxígeno detectado mediante la nave. El O2 en la atmósfera es producido por la descomposición del CO2 o H2O al ser catalizada por la luz ultravioleta, y existe la posibilidad de que también haya una fuente biológica como la fotosíntesis, lo cual, aunque poco probable, no es imposible”. Y añadió: Vimos que las oscilaciones mencionadas coincidían con los cambios estacionales de temperatura y presión. No obstante, las temperaturas mínimas resultaban inadecuadas para que el oxígeno atmosférico se condense y forme un líquido o un sólido capaz de precipitarse a la superficie”. Frente a sus aportes, también remarcó que comprender el comportamiento del oxígeno es clave para enviar humanos a la superficie de Marte”. Y señaló que la Nasa lanzará en julio de este año la misión Mars 2020, la cual intentará extraer oxígeno del suelo y evaluar si el método es escalable y capaz de abastecer a un asentamiento humano.

Mientras tanto, el equipo del MSL buscará determinar qué hay detrás de la fluctuación en los niveles del oxígeno molecular en Marte. Existen al respecto varias explicaciones obvias pero parecen quedarse cortas: por un lado, la descomposición del CO2 debido la luz UV no es tan eficiente como para para justificar su rápido incremento y, por el otro, si la fotólisis del H2O fuera la responsable, el total de agua en el planeta debería ser de cinco a diez veces más de lo que en realidad hay.

Los gases que darían vida en el planeta rojo

Una de las grandes preguntas que circula es si hay vida en Marte”. Hace meses el robot detectó un aumento y descenso en otro gas, conocido como metano (CH4), el cual, como el oxígeno, es considerado un biofirma o indicador biológico. Ante la noticia, Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas de la Nasa, aclaró que aunque en la Tierra el CH4 es producido por criaturas como las bacterias metanógenas de vida libre o por rumiantes como las vacas (ello en su tracto digestivo), también puede generarse cuando las rocas y el agua interactúan en ventilas hidrotermales, por lo que pidió no comenzar a ver esto como prueba irrefutable de que hay seres vivos en tal planeta.

Además, Zurbuchen comparó los niveles detectados de oxígeno y metano en Marte con las proporciones existentes en la Tierra. La diferencia es que mientras en Marte los niveles del CH4 son de parte por millón, los del O2 son mucho mayores, de 0.16 por ciento. Si comparamos esa cantidad con el 21 por ciento de oxígeno que hay en el aire de la Tierra el número parece bajo, pero si consideramos que su variación a lo largo del año marciano es de 13 por ciento, entonces vemos que la fluctuación es demasiado alta y no sabemos por qué”.

A decir del investigador, aunque lo más probable es que la causa de estas oscilaciones sea geológica, no se descarta la influencia de algún factor biológico (resta investigar más sobre el tema”). De hecho, la decisión de que el Curiosity amartizara en el cráter Gale se debe a que hace miles de millones de años éste era un lago de 155 kilómetros de diámetro y, si alguna vez hubo vida en el planeta rojo (o si sobrevivió en forma de microorganismos en la arcilla), ése es uno de los sitios más prometedores para hacerse de evidencias.

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