Un terremoto con epicentro en la ciudad turca Gaziantep, localizada en una región donde habitan alrededor de 15 millones de personas, y que se sintió en más de diez países, dejó un número incierto de víctimas y el derrumbe total de más de 2.800 edificios, aeropuertos, gasoductos, carreteras, entre otras construcciones.
El movimiento se registró a las 4.17 (hora local) y fue informado por el Servicio Geológico de Estados Unidos y tuvo una profundidad de 24 kilómetros. Minutos más tarde, se registraron réplicas de hasta 6.7 grados a 9,9 kilómetros de profundidad.
En la vecina Siria, en tanto, el potente terremoto causó al menos 810 muertos y más de 2.280 heridos, entre zonas bajo control del gobierno y otras en mano de los rebeldes. En tanto, la OMS (Organización Mundial de la Salud) advirtió que las muertes por el terremoto en Turquía y Siria podrían superar las 20.000.
“Existe la posibilidad de que se produzcan nuevos derrumbes, por lo que a menudo vemos que las cifras iniciales se multiplican por ocho”, declaró a la agencia de noticias AFP Catherine Smallwood, responsable de emergencias de la OMS para Europa. “Desgraciadamente, siempre ocurre lo mismo con los terremotos: las cifras iniciales de muertos y heridos aumentan considerablemente en la semana siguiente”, añadió Smallwood.