LA PAZ.- El gobierno de Bolivia y la OEA pactaron ayer la realización de una auditoría de carácter “vinculante” de las elecciones que dieron un nuevo triunfo al presidente Evo Morales, fuertemente cuestionado por el candidato opositor Carlos Mesa, que rechazó el acuerdo al calificarlo de “unilateral”. El canciller Diego Pary anunció la firma del acuerdo con el Organismo de Estados Americanos para “realizar la auditoría integral de las elecciones generales del 20 de octubre”, en busca de una salida a las protestas que desde hace diez días sacuden al país. “El resultado del informe de auditoría será vinculante para las dos partes”, precisó Pary, confirmando que si la pesquisa detecta fraude, Morales aceptará ir a una segunda vuelta con Mesa.
Tal condición había sido uno de los requisitos esbozados por Mesa para aceptar una auditoría, ya que el Gobierno lo invitó a participar del estudio: sin embargo, el postulante de Comunidad Ciudadana respondió ayer que “no aceptamos la auditoría en los actuales términos pactados unilateralmente”. “El fraude ejecutado por el MAS (Movimiento al Socialismo) y su empeño por desconocer la voluntad popular, han generado una espiral de violencia de consecuencias que podrían resultar irreparables”, consideró Mesa y señaló que “reconocemos las posiciones de instituciones, sectores cívicos y movimientos sociales que plantean la anulación de las elecciones y manifiestan su desconfianza acerca de la auditoría”.
En efecto, algunas organizaciones civiles que lideran las protestas en varias ciudades del país comenzaron a exigir directamente la anulación de los comicios en lugar del pedido original de convocar a una segunda vuelta, elevando la tensión social en las calles del país. Ocurre que los seguidores de Evo comenzaron a manifestarse en respaldo al jefe de Estado: miles de mineros, campesinos y sindicalistas de diferentes sectores marcharon ayer desde El Alto, ciudad aledaña a La Paz, para defender el resultado de las elecciones y denunciar lo que consideran un intento de “golpe de Estado”. El temor es que los manifestantes choquen con los bloqueos convocados por la oposición para reclamar la anulación de los comicios: de hecho, ayer se produjeron enfrentamientos menores en el centro de la capital, formando un polvorín que puede estallar en cualquier momento.