TEHERÁN.- Cientos de personas protagonizaron ayer la tercera jornada de protesta consecutiva contra las políticas y decisiones del gobierno iraní. El estallido social comenzó el domingo luego de que el presidente de Irán, Hassan Rohani, admitiera que el avión ucraniano siniestrado la semana pasada, en medio de la escalada de la tensión con Estados Unidos, fue en realidad derribado por un error humano” de las Fuerzas Armadas.
Desde ese momento, Irán es el escenario de encendidas protestas encabezadas, sobre todo, por estudiantes. En un principio, realizaron vigilas en señal de duelo por la muerte de varios graduados de las politécnicas Amir Kabir y Sharif de Teherán.
No obstante, la manifestación se extendió a otros centros superiores, no sólo en la capital, sino también en el interior del país. Es que, de los 176 ocupantes del vuelo PS752 de la Aerolínea Internacional de Ucrania, 82 pasajeros eran iraníes y 63 canadienses, la mayoría con doble nacionalidad y, muchos de ellos, alumnos que regresaban a las universidades donde cursaban masters o doctorados.
La crítica entonces, es doble. En primer lugar, se cuestiona la demora del Gobierno iraní en anunciar su responsabilidad en el siniestro aéreo. Como representante del pueblo en el Parlamento, quiero la dimisión, destitución y castigo de los causantes, los encubridores y quienes mintieron a la gente”, aseguró el reformista Mohammad Reza Aref. En segundo término, se pone en duda la totalidad del sistema político de Irán en un contexto de extrema sensibilidad. De hecho, las consignas Matan a nuestros genios y los remplazan con clérigos” y Fuera clérigos”, fueron dos de las más recurrentes durante las protestas.
La admisión del error cometido por las Fuerzas Armadas de Irán provocó el enojo de ciudadanos y una reacción titubeante por parte de las autoridades. A pesar del despliegue de las fuerzas antidisturbios (y de las denuncias de represión), la Policía de Irán asegura que tiene órdenes de actuar con moderación”. En el medio se encuentra también el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien le pidió al Gobierno de Irán que no mate a quienes se manifiestan en las calles de las principales ciudades del país.
Por un lado, responder con represión podría aumentar el descontento de los iraníes. Lo que menos necesita el Gobierno, a pocos días de las elecciones legislativas, es un reguero de muertos como los que dejaron las protestas de noviembre pasado. No obstante, optar por una opción moderada enviaría un mensaje de debilidad y pondría en evidencia el descontento general que existe con el sistema político de Irán.
Cabe recordar que el derribo del avión ucraniano se dio en un contexto marcado por las amenazas que tanto Estados Unidos como Irán entrecruzaban. El domingo de la semana pasada, un ataque con drones acabó con la vida del general iraní Qasem Solimani. Irán respondió y lanzó misiles contra bases iraquíes que albergan fuerzas estadoundienses. En ese contexto de incertidumbre, la nave fue alcanzada por un misil tierra-aire. Murieron las 176 personas que iban a bordo.