EL CAIRO.- El plan de paz” presentado la semana pasada por la Administración Trump para Medio Oriente tuvo ayer un duro pero previsible revés, cuando el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, anunció la ruptura total” de relaciones con Estados Unidos e Israel, una medida que abre escenarios de mayor inestabilidad en la región.
La decisión se tomó además en un ámbito regional como es la Liga Árabe, que se reunió de urgencia en El Cairo para analizar el proyecto presentado por el propio Trump, que tiene un evidente sesgo pro israelí. Hemos informado a Israel y Estados Unidos que no habrá ninguna relación con ellos, incluido el ámbito de la seguridad”, anunció al fin del encuentro el presidente palestino, quien consideró que el plan estadounidense viola los acuerdos de Oslo”, firmados con Israel en 1993. El plan de paz nos deja a los palestinos apenas el 11% del territorio histórico”, agregó Abbas, quien recordó que nosotros aceptamos las fronteras de 1967 (Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este), que representan el 22%”.
El proyecto estadounidense impone en efecto condiciones inaceptables para los palestinos, como la declaración de Jerusalén como capital exclusiva de Israel, además de legalizar la anexión de asentamientos judíos en Cisjordania y del estratégico Valle del Jordán. Los ministros de Asuntos Exteriores de la Liga Árabe rechazaron de plano el plan y reafirmaron el derecho de los palestinos a contar con un Estado propio dentro de las fronteras anteriores a la guerra de 1967, cuando Israel conquistó los territorios ocupados, y con capital en la parte oriental de Jerusalén.
De hecho, Amnistía Internacional (AI), entre otras ONG, cuestionó la propuesta de Trump por violar el derecho internacional” y no tener en cuenta los legítimos derechos” de la población palestina. Pero la decisión de Abbas implica romper la coordinación de las fuerzas de seguridad palestinas con las israelíes y la CIA, que seguía activa pese a las disputas políticas, por lo que amenaza con desencadenar el retorno de la violencia política a Cisjordania, Jerusalén y el propio Estado judío.