WASHINGTON.- Con una crisis sanitaria que no deja de profundizarse, el presidente Donald Trump decretó el miércoles el cierre absoluto de las fronteras sur y norte de Estados Unidos por tiempo indefinido, especialmente dirigido a los miles de demandantes de asilo que se agolpan en México.
Se trata del último paso en un progresivo cierre de las fronteras que comenzó el pasado 20 de marzo con el argumento de que no se podía garantizar la salud de los inmigrantes en medio de la pandemia del Covid-19. La orden permite expulsar inmediatamente, sin examen médico ni escuchar ningún caso, a cualquier demandante de asilo: desde el 20 de marzo hasta fines de abril, el país rechazó de hecho a más de 20.000 personas en la frontera sur.
La medida afecta a toda persona que quiera ingresar al país desde Canadá o desde México que, al entrar, debería ser confinada en un centro de detención. Es decir, abarca a los inmigrantes sin papeles válidos que quieran pedir refugio, que es el perfil más habitual en la frontera.
Pero además, Trump adelantó que analiza prohibir la entrada de todos los viajeros procedentes de América Latina incluso por aire, ante la explosión de casos de coronavirus en Brasil. Lo estamos considerando, aunque esperamos que no tengamos un problema”, afirmó Trump en respuesta a una pregunta sobre si planea imponer un veto a los viajeros del sur del continente, y explicó que la mayoría” de los viajeros desde Brasil o Latinoamérica llegan a Florida”: No quiero que venga gente (contagiada) e infecte a nuestra gente”, enfatizó.
Todo ocurre en un contexto donde los 50 estados norteamericanos ya iniciaron algún tipo de flexibilización de las medidas de confinamiento de la población, pese a que el país permanece como el más golpeado por la pandemia a nivel mundial, con 93.439 muertos y 1.551.853 de personas infectadas. Desde los negocios de regalos reabiertos en Kentucky hasta Alaska, donde todo volverá funcionar como antes del virus”, según anunció el gobernador Mike Dunleavy, el país enfrenta al mayor desafío de la crisis sanitaria: sostener la situación con cientos de miles de personas infectadas. Una apuesta muy arriesgada ya que varios especialistas denuncian que muchos gobernadores ignoran las guías elaboradas por el Centro para el Control de las Enfermedades para ir recuperando la normalidad.
Casi 40.000.000 de desempleados
WASHINGTON.- Más de 2.440.000 personas solicitaron la semana pasada el subsidio por desempleo en los Estados Unidos, alcanzando una cifra de casi 40.000.000 de pérdida de empleos en los últimos dos meses, coincidentes con la profundización de la crisis sanitaria por la pandemia. Las cifras semanales se publican en medio de una serie de quiebras de empresas y nuevas amenazas de despidos, que ratifican la fuerte crisis recesiva que atraviesa el país tras dos meses de cuarentena.
De todos modos, si bien mayo representa un total de pérdidas laborales enorme, el número de solicitudes de prestaciones por desempleo ha disminuido gradualmente, después de alcanzar un pico de 6.800.000 en la última semana de marzo. Hace quince días, el Departamento de Trabajo informó que el índice de desempleo se disparó 10,3 puntos porcentuales, hasta alcanzar una tasa del 14,7%, un nivel sin precedentes desde la Gran Depresión de 1930.