Sin vacunas registradas ni fecha de plan de vacunación, Brasil enfrenta una segunda ola de la pandemia de coronavirus que está dejando, en medio de las fiestas de fin de año, al borde del colapso por segunda vez a la ciudad de Manaos, capital del estado de Amazonas, por falta de camas y de espacio en el cementerio municipal.
Mientras el presidente Jair Bolsonaro se pasea sin barbijo por las playas de Praia Grande, en San Pablo, donde genera aglomeraciones de gente y abraza a desconocidos, se conoce que las muertes por coronavirus crecieron un 40% en diciembre en Brasil, para totalizar 191.735 decesos.
Para colmo, Bolsonaro confirmó el fin de las ayudas sociales a la población para campear la crisis generada por la pandemia.