A una semana del lanzamiento, el satélite Saocom-1B comienza hoy la segunda etapa de la misión, que es la de calibrar el sistema de propulsión antes de moverlo a su posición orbital definitiva.
Raúl Kulichevsky, el director ejecutivo de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) señaló que estos primeros siete días fueron significativos porque son los más críticos en la vida de un satélite en cuanto a la comprobación de que todo funciona bien”. Es una etapa clave”, reconoció.
Comenzamos a calibrar el sistema de propulsión antes de mover al satélite hacia la posición orbital definitiva junto a cuatro satélites italianos y el Saocom-1A, que completan la constelación del Siasge, creada por la Conae y la agencia espacial italiana ASI”, aseveró Kulichevsky, quien ayer retornó a nuestro país luego de estar más de dos meses en Cabo Cañaveral.
Después del lanzamiento vienen temas como encender el transmisor, que comunica al satélite con la Tierra, un minuto después de que se separa el satélite del lanzador, y tres minutos más tarde se debían abrir los paneles solares, que producen su energía”, explicó.
Lo cierto es que todos los subsistemas del satélite funcionan mientras la batería tiene carga, ¿y cómo se recarga? A través de los paneles solares que tienen que estar perfectamente orientados hacia el sol, si eso no sucede el satélite se muere”, sostuvo Kulichevsky.
El próximo paso es la calibración de la antena, y una vez finalizada estamos en capacidad de adquirir imágenes, aunque éstas llevan un tiempo de perfeccionamiento. El ajuste de la antena demora, aproximadamente, unos tres meses”, señaló el científico, que remarcó que la puesta a punto final del satélite lleva entre cuatro y cinco meses.
Respecto de la vida útil del Saocom-1B, Kulichevsky explicó que fue diseñado para 7 años. Cuando termina su vida útil tenemos dos opciones: hacer un reingreso controlado a la atmósfera para que lo que no se quema del satélite caiga en el océano, o mandarlo a volar al espacio exterior”, finalizó.
La información brindada por el satélite ayudará a que los productores agropecuarios sepan cuál es el mejor momento para la siembra, fertilización y riego, en cultivos como soja, maíz, trigo y girasol.
También brindará soporte en relación al uso de productos químicos para el control de enfermedades en cultivos y permitirá realizar pronósticos de inundaciones, elaborar mapas de riesgo de incendios y proveerá datos sobre el desplazamiento de glaciares y del terreno.