Luego de realizar pruebas en laboratorios con suero de pacientes que recibieron su vacuna contra el coronavirus, las compañías farmacológicas Pfizer y Moderna anunciaron que los anticuerpos fueron menos efectivos contra el virus, fabricado in vitro, que tenían las mutaciones correspondiente a la variante sudafricana.
Esta información fue publicada en la revista especializada New England Journal of Medicine. En el caso particular de Pfizer, la compañía informó que su estudio se realizó con muestras de 15 pacientes, 2 y 4 semanas después de la administración de la segunda dosis, que fueron probadas en laboratorio frente a virus creados in vitro que contenían las mutaciones encontradas en la proteína spike del coronavirus de la variante B.1.1.7, perteneciente al Reino Unido, y la variante B.1.351, proveniente de Sudáfrica. Lo que encontraron fue que la neutralización del virus fue similar frente a las mutaciones de la variante del Reino Unido pero dos tercios más débil frente al virus que contenía las mutaciones de la variante sudafricana.
Por su parte, la compañía Moderna informó que realizó una prueba de laboratorio con muestras de suero obtenidas siete días después de que los pacientes recibieran la segunda dosis de su vacuna. Los resultados fueron los siguientes: «Detectamos reducciones por un factor de 1.2 en los títulos de anticuerpos neutralizantes contra la variante B.1.1.7 (Reino Unido) y por un factor de 6.4 contra la variante B.1.351». Es decir, su capacidad para frenar el daño del virus se vio limitada hasta seis veces frente a esta cepa, mientras que con la del Reino Unido sólo se vio limitada una.
Sin embargo, ambas compañías aseguran que esto no significa que ya no sean eficaces, sino que aún resta conocer el efecto que tendrá esta disminución en la neutralización. No obstante, estos nuevos resultados constituyen una alerta para continuar monitoreando las distintas variantes.









