Científicos cordobeses identifican un blanco terapéutico para un tumor cerebral

Investigadores cordobeses identificaron una nueva proteína clave en el crecimiento de tumores hipofisarios resistentes a tratamientos actuales. El hallazgo abre la puerta a terapias más efectivas y personalizadas.

Científicos cordobeses identifican un blanco terapéutico para un tumor cerebral

Foto: UNCiencia.

Un equipo interdisciplinario de especialistas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), el Conicet y el Hospital Privado Universitario de Córdoba ha logrado un importante avance en la lucha contra un tipo específico de tumor cerebral. El grupo identificó un nuevo blanco terapéutico potencial para tratar tumores hipofisarios que no responden adecuadamente a los tratamientos convencionales, ofreciendo una luz de esperanza a pacientes que, hasta ahora, veían limitadas sus opciones de tratamiento.

El estudio fue recientemente publicado en la prestigiosa revista Neuro-Oncology, y representa un ejemplo concreto de cómo la colaboración entre ciencia básica y práctica clínica puede traducirse en beneficios concretos para la salud pública.

Un tumor frecuente y complejo

La hipófisis, también conocida como glándula pituitaria, es una pequeña estructura situada en la base del cerebro que desempeña un papel esencial en la regulación hormonal del cuerpo. Desde el crecimiento hasta la reproducción, esta glándula actúa como una central de comando endocrino.

Los tumores neuroendocrinos hipofisarios, conocidos como PitNETs, son el segundo tipo más frecuente de tumores intracraneales. Dentro de este grupo, los tumores somatotropos —productores de hormona del crecimiento— son particularmente relevantes. Estos se tratan inicialmente con una cirugía transesfenoidal, un procedimiento mínimamente invasivo que permite el acceso al tumor a través de las fosas nasales. Sin embargo, una proporción significativa de pacientes no logra una remisión completa tras la cirugía y requiere tratamientos farmacológicos complementarios.

El principal tratamiento médico actual consiste en la administración de análogos de somatostatina, como el Octreótido (OCT), que busca frenar la producción hormonal y el crecimiento tumoral. No obstante, aproximadamente la mitad de los pacientes no responde de manera satisfactoria a esta droga, lo que ha impulsado la búsqueda de nuevas alternativas.

Un hallazgo clave: la proteína SHP2

Frente a este desafío clínico, investigadores del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Salud (Inicsa, Conicet–UNC), en conjunto con especialistas del Hospital Privado, centraron su atención en una proteína poco explorada en este contexto: la SHP2. A partir de una serie de análisis moleculares y ensayos en modelos preclínicos, los científicos comprobaron que la inhibición de esta proteína reduce significativamente el crecimiento de los tumores somatotropos.

Juan Pablo Petiti, investigador del Conicet, docente de la UNC y líder del estudio, explicó: “Observamos que los tumores de los pacientes presentaban niveles elevados de SHP2, lo que sugería que esta proteína podría estar vinculada con la capacidad del tumor para crecer. Nuestra hipótesis era que, al bloquear la función de SHP2, podíamos frenar ese crecimiento. Y eso fue precisamente lo que demostramos”.

El bloqueo de SHP2 no solo inhibió la proliferación celular en estudios in vitro (cultivos de células derivadas de pacientes), sino también en un modelo preclínico in vivo, lo que constituye un avance notable en este campo de investigación.

Un modelo preclínico sin precedentes

Uno de los aportes más importantes del trabajo fue la creación del primer modelo preclínico específico para el estudio de tumores hipofisarios de tipo PitNET. Este modelo permitió simular las condiciones biológicas del tumor humano y evaluar en tiempo real la efectividad de la inhibición de SHP2 como estrategia terapéutica.

“Vimos que, a diferencia del OCT, nuestro enfoque no generó resistencia incluso después de tratamientos prolongados. Esto es sumamente alentador y abre nuevas posibilidades para pacientes en los que la terapia convencional no resulta eficaz”, destacó Petiti.

Medicina traslacional en acción

Este trabajo se inscribe dentro de lo que se conoce como medicina traslacional, un enfoque que busca transformar los descubrimientos de laboratorio en tratamientos aplicables en la práctica clínica. En este caso, la colaboración entre científicos, endocrinólogos, neurocirujanos y patólogos fue fundamental para alcanzar los resultados obtenidos.

Laura Cecenarro, médica especialista en Endocrinología del Hospital Privado y coautora del estudio, remarcó: “Este es un claro ejemplo de cómo la ciencia y la medicina pueden trabajar juntas para mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes. Se trata de construir puentes entre el laboratorio y el quirófano, entre la investigación y la atención clínica”.

Hacia una medicina personalizada

El descubrimiento también ofrece nuevas pistas sobre por qué algunos pacientes no responden al tratamiento con Octreótido. “Sabemos que este medicamento actúa sobre el receptor SSTR2, que regula a SHP2. Si la exposición al OCT disminuye la expresión de ambos, eso podría explicar su pérdida de eficacia con el tiempo”, señaló Petiti.

Actualmente existen 18 ensayos clínicos en fase I que investigan inhibidores de SHP2 en distintos tipos de tumores sólidos. Si bien los resultados obtenidos por el equipo cordobés aún requieren validaciones adicionales y estudios sobre los posibles efectos secundarios, el hallazgo allana el camino para incluir a pacientes con tumores hipofisarios resistentes en futuras investigaciones clínicas.

“Tenemos que seguir profundizando algunos aspectos del modelo preclínico, sobre todo en lo que refiere a la seguridad a largo plazo de este tipo de terapias. Pero los datos que obtuvimos son muy alentadores y nos permiten pensar en nuevas formas de personalizar el tratamiento según el perfil molecular del tumor de cada paciente”, añadió el investigador.

Un paso adelante para la ciencia argentina

Este trabajo forma parte de la tesis doctoral de Facundo García Barberá, becario del Conicet y primer autor de la publicación, quien actualmente continúa su formación científica en el prestigioso Instituto Curie en Francia. “Estos resultados representan un avance significativo en la identificación de nuevos blancos terapéuticos. Nos permiten comprender mejor la biología del tumor y orientar tratamientos más efectivos y personalizados”, afirmó el joven investigador.

El estudio también refleja el potencial de la ciencia argentina cuando cuenta con los recursos y la articulación necesarios. En palabras de Petiti: “Este tipo de logros son posibles cuando hay una sinergia entre instituciones académicas, organismos de investigación y centros de salud. Nos motiva a seguir apostando por la investigación traslacional como una herramienta poderosa para transformar la vida de los pacientes”.

A futuro, los investigadores esperan que este nuevo blanco terapéutico pueda ser el punto de partida para desarrollar tratamientos innovadores que beneficien a quienes hoy no encuentran respuesta en las opciones disponibles. La apuesta por una medicina más precisa, personalizada y efectiva está en marcha, y Córdoba se ubica en la primera línea de esa transformación científica y sanitaria.

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