La inteligencia y la confianza

Por Gonzalo Fiore

La inteligencia y la confianza

La filtración masiva de documentos clasificados “secretos” y “ultrasecretos” del Pentágono no sólo pone en jaque la credibilidad internacional de los Estados Unidos de cara a sus propios aliados, sino que también echa luz sobre el alcance y la magnitud del sistema de espionaje de los Estados Unidos.

Se trata de la filtración de mayor magnitud desde que WikiLeaks publicara en 2013 unos 700.00 informes, videos y cables diplomáticos. Tal es así que el mismo Departamento de Justicia del país abrió una investigación, con el objetivo de identificar a los culpables que se encontrarían detrás de la filtración masiva de documentos clasificados.

El contenido de los mismos tiene que ver mayormente con todo lo relacionado a la guerra de Ucrania, y a las acciones de los adversarios y de los aliados de Washington, lo que sumó a las molestias de varios miembros de la OTAN.

Los servicios estadounidenses podrían, así, estar informados de antemano sobre los objetivos de los bombardeos rusos. Esta información es especialmente valiosa para Ucrania, pero los documentos demuestran, también, según el diario estadounidense, que los norteamericanos espían al Estado Mayor y a los dirigentes ucranianos. Sin embargo, de acuerdo con un informe publicado por el New York Times el pasado 9 de abril, ésto revela que la Casa Blanca y el Pentágono espían a toda la plana superior de la dirigencia política ucraniana.

Los documentos incluyen detalles respecto del intercambio de información clasificada entre las agencias de seguridad estadounidense con sus contrapartes en países aliados, como Turquía, Corea del Sur o Israel.

Uno de los documentos afecta, justamente, a Ankara, ya que revelaría cómo contratistas militares rusos supuestamente se habrían reunido con contactos turcos, con el objetivo de comprar armas producidas en Turquía, que, a su vez, es un aliado de los Estados Unidos y miembro de la OTAN.

Altos funcionarios estadounidenses ya han confirmado que los documentos no son falsificaciones. Estas filtraciones no sólo generaron molestias en los aliados que fueron espiados por la inteligencia norteamericana, sino que, además, afectan duramente la confianza de éstos en la Casa Blanca, lo que también podría afectar a las fuentes de información que Washington utiliza, especialmente en Rusia y alrededores.

Uno de los problemas más graves es que estas filtraciones revelarían debilidades de los sistemas de defensa ucranianos y de sus respectivos objetivos militares. De acuerdo con el Washington Post los servicios estadounidenses han logrado penetrar profundamente, tanto en el ejercito ruso como en sus servicios de inteligencia militar. Estas filtraciones obligarán a Moscú a tomar medidas para comenzar a neutralizar a los servicios infiltrados allí.

Israel, China, Haití y Hungría son algunos de los países que habrían sido espiados por la inteligencia estadounidense. Para altos mandos del Pentágono, las filtraciones podrían responder a una maniobra de desinformación por parte de los rusos para dañar las relaciones de Estados Unidos con sus aliados, ya que se están produciendo desde, por lo menos, principios de marzo, en distintos servidores de internet y chats, y su contenido es el de espionaje a terceros países aliados de Washington o referidos a la guerra en Ucrania.

De acuerdo con la inteligencia estadounidense, los hackers rusos podrían haberse infiltrado en una dirección IP canadiense de gasoductos en febrero para dejarla vulnerable a futuros ataques, parte del suministro de los Estados Unidos depende de Canadá, por lo que esto podría haberlo dejado vulnerable para ataques informáticos.

Para el Pentágono, el hackeo también podría haberse tratado de una maniobra de los hackers rusos, supuestamente bajo la dirección del Servicio Federal de Rusia (FSB, por sus siglas en ruso, herederos de la mítica KGB).

Las revelaciones afectan de forma particular a las relaciones de Washington con Israel, uno de sus aliados más estrechos (si bien estos vínculos se encuentran atravesando uno de sus peores momentos desde que el gobierno de extrema derecha liderado por el histórico primer ministro Benjamin Netanyahu emprendiera una serie de reformas ambiciosas para concentrar más poder sobre su figura), las filtraciones empeorarían esta relación aún más: se suman a las declaraciones públicas de Joe Biden criticando la reforma judicial de Netanyahu. Incluso uno de los documentos demostraría que el servicio de espionaje israelí, el Mossad, impulsó las movilizaciones contra la reforma judicial del gobierno de Benjamin Netanyahu que se han producido durante todo 2023; la oficina del primer ministro desmintió esto de manera categórica, al igual que el mismo Mossad, no obstante las dudas permanecen.

De la misma manera, un manto de dudas se cierne sobre la capacidad de los Estados Unidos para cuidar algo tan sensible como documentos ultrasecretos en un contexto de competencia internacional y conflictos permanentes.

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