“Si cambias la vista del punto, aparece otro mundo”. La frase es del biólogo y divulgador Estanislao Bachrach, y aunque está dicha en el marco de la neurociencia y la creatividad, a mí me resuena como una invitación política y cultural. Porque cambiar la vista del punto no es solo mirar distinto. Es animarse a cuestionar lo aprendido, lo repetido, lo heredado sin revisión, y atreverse a imaginar nuevas formas de habitar el mundo.
Cada 15 de junio, Naciones Unidas propone visibilizar el buen trato hacia las personas mayores, como una forma concreta de garantizar sus derechos y promover una sociedad sin segregación y discriminación. Pero ¿qué es el buen trato? ¿Cómo se practica? ¿Dónde se juega?
Desde El Club de la Porota, propuesta de GeroComunicación que impulso, creemos que el buen trato va mucho más allá de las formas de cortesía o del gesto amable. El buen trato no es solo el “buen día” o el “¿le ayudo a cruzar la calle?”, sino que empieza en las narrativas. Se define en la manera en que hablamos, imaginamos y representamos a las personas mayores. El lenguaje, lo sabemos, no es inocente. Crea realidades. Y muchas veces, sin darnos cuenta, reproducimos estereotipos que limitan, que infantilizan, que excluyen.
Por eso desde hace tiempo venimos diciendo que el buen trato empieza por hackear el viejismo.
Hackear el viejismo
El viejismo (o edadismo) es una forma de discriminación basada en la edad. En este caso, contra las personas mayores. Es un prejuicio que atraviesa todos los planos de la vida social: las instituciones, los medios, las familias, los sistemas de salud, los espacios de participación. Se expresa en frases del tipo “ya estás grande para eso” o “no entendés porque sos viejo”, pero también en decisiones políticas que relegan a las personas mayores a un rol pasivo, asistencialista, como si fueran una carga o un problema.
Hackear el viejismo es cuestionar ese sistema de creencias que limita las posibilidades de la vejez. Es poner en jaque el mito de que todo lo bueno ya pasó. Es desarmar el binarismo juventud = vitalidad / vejez = decadencia. Es decir: las personas mayores no son un colectivo homogéneo ni un grupo residual, sino sujetos con historia, presente y proyectos de futuro.
Hackear el viejismo también es animarse a cambiar el punto desde donde miramos la vejez, las vejeces, la nueva longevidad. Al hacerlo aparece otro mundo. Un mundo en el que envejecer no es sinónimo de pérdida, sino de reconexión con otros ritmos, otras prioridades, otras formas de estar. Un mundo donde las personas mayores pueden estudiar, amar, decidir, desear, iniciar proyectos, trabajar, protestar, reinventarse.
El poder de las narrativas
En estos años, desde El Club de la Porota hemos escuchado y compartido decenas de historias que contradicen el imaginario dominante sobre la vejez. Mujeres que a los 70 se animaron a escribir su primer libro. Hombres que por primera vez aprendieron a decir “te quiero”. Parejas que se formaron en un centro de jubilados. Personas que empezaron terapia a los 80, que se sumaron a una marcha, que criaron nietos, que decidieron vivir solas, que viajaron solas, que se abrazaron a la edad como quien se abraza a sí mismo.
Estas historias, aunque reales, no circulan con la fuerza que tienen. Porque los medios y los discursos dominantes siguen instalando una imagen plana, simplificada, infantilizada o heroica de la vejez. Es hora de ampliar esa conversación. De sumar nuevas palabras, otros relatos, miradas más complejas y humanas.
El buen trato no puede existir sin representación digna. Porque lo que no se nombra, no existe, y lo que se nombra mal, se entiende peor. Si queremos una sociedad que trate bien a las personas mayores, necesitamos hablar bien de la vejez, sin eufemismos ni estigmas.
Del buen trato como política
La Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, firmada por Argentina en 2017, plantea con claridad que envejecer no debe implicar perder derechos. Y uno de los ejes centrales de esa Convención es el derecho a la dignidad, a la autonomía y a la participación en todos los ámbitos de la vida.
El buen trato es, entonces, también una política. Una forma de organizar la vida pública para que todas las edades tengan lugar. Supone instituciones que consulten a las personas mayores, sistemas de salud que no las traten como descartables, medios de comunicación que las incluyan sin caricaturas, entornos urbanos accesibles, plataformas digitales amigables, y espacios culturales donde puedan expresarse sin pedir permiso.
Y claro, también supone vínculos interpersonales más empáticos, menos condescendientes, más reales. Porque no hay trato digno sin escucha activa. No hay inclusión sin diálogo.
Cambiar el mundo empieza por cambiar la vista del punto
El buen trato no es una fecha en el calendario. Es una práctica cotidiana que interpela nuestras palabras, nuestras decisiones, nuestras imágenes. Y que nos obliga a revisar la perspectiva desde la cual miramos la vejez.
Quizás por eso esa frase de Bachrach me acompaña tanto: “Si cambias la vista del punto, aparece otro mundo”. Es casi un lema porotero (ja!). Porque no queremos más del mismo mundo con retoques superficiales. Queremos un mundo distinto, verdaderamente inclusivo, para todas las edades. Y para eso hay que cambiar la vista del punto. Hay que dejar de mirar a la vejez desde el déficit, y empezar a mirarla como una etapa legítima, rica, diversa, potente.
Este 15 de junio, entonces, no solo digamos que hay que tratar bien a las personas mayores. Digamos también cómo. Y mostremos que se puede. Porque el buen trato empieza en la palabra, sigue en las políticas, y se concreta en los vínculos.
Desde El Club de la Porota lo decimos claro: hackear el viejismo es una forma de buen trato. Y de amor no solo hacia las personas mayores del presente sino también a las que aspiramos ser.
Por Sol Rodríguez Maiztegui
Comunicadora Social y Gerontóloga
Creadora de la Comunidad de El Club de la Porota
Porota sos vos, soy yo, somos todas las personas envejecientes.
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¡Tenés que acompañarnos!
Este martes 17 de junio a las 19 hs, El Club de la Porota se suma al acto artístico cultural organizado por el programa BIEN–ESTAR de la Universidad Provincial de Córdoba para conmemorar el Día Mundial del Buen Trato a las Personas Mayores y los 10 años de la Convención Interamericana sobre los Derechos en las Vejeces. Entrada libre y gratuita en la Sala Mayor del Teatro Ciudad de las Artes. Nos encontramos desde las 18.30 hs. en el hall: buscá el paraguas multicolor. ¡Una jornada para emocionarnos, reflexionar y celebrar!