Estamos invitados a mirar distinto

El futuro no es un destino al que se llega, sino una trama que se teje en el presente.

Estamos invitados a mirar distinto

Hay momentos en que la vida nos invita a mirar distinto.
A girar la cabeza y abrir el corazón.
A desanudar lo que creíamos fijo.
A hackear nuestras certezas.

Si este encuentro se llama Nuevas Miradas, Nuevos Futuros, el desafío es justamente ese: atrevernos a mirar distinto. Porque nada cambia si seguimos observando desde el mismo lugar. La neurociencia nos recuerda que el cerebro tiende a confirmar lo que ya sabe, que se aferra a lo conocido como forma de protección. Pero si queremos transformarnos, necesitamos desacomodar la mente, dejar entrar lo nuevo, abrir espacio a la diferencia y mirar también desde los ojos del otro, de las otras personas.

Eso hicimos al crear estas jornadas. Cada persona que forma parte de este proyecto trajo su mirada, su historia, su tono. Venimos de mundos distintos, pero compartimos algo esencial: un presente vivo. Hackear el viejismo es hackear el miedo, el ego, la costumbre de responder a lo que creemos que los demás esperan de nosotros. Es abrir la puerta a la ternura, a la escucha, al silencio que permite que algo nuevo entre. Porque el silencio (ese instante en que bajamos el ruido mental) es el espacio donde entra la luz, donde el cambio se vuelve posible.

Hoy nos encontramos.
Nos miramos.
Nos reconocemos.

Y en ese encuentro, cada voz trae su manera de hackear el viejismo.
Yo hackeo el viejismo cuando: me animo a participar, aún en la incomodidad de estar en un escenario.Cuando nado, aun con mi pierna lastimada o decido ser profesora de literatura en el Centro de Día Municipal de Villa Cabrera.Cuando lidero espacios donde se definen políticas públicas sobre vejez y cuidados. Cuando comunico, escribo, comparto, pregunto. Cuando me permito entrenar mi cerebro para crear nuevas conexiones. Cuando en mi consultorio voy más allá de lo que el paciente espera y le abro la puerta a su potencial o sueño que las personas mayores son artistas y logro que suban a un escenario para demostrarse a sí mismas que pueden. Hoy, en el Teatro Comedia, esta multiplicidad se vuelve experiencia. Cada mirada, cada cuerpo, cada historia, cada uno de nosotros hackea el viejismo a su modo. Y al hacerlo, hackeamos también la idea de que el cambio depende de otros. El futuro no es un destino al que se llega, sino una trama que se teje en el presente. Se crea cada vez que nos miramos distinto, cada vez que elegimos ver al otro (y a nosotros mismos) con nuevos ojos

Con amor,
Equipo organizador

Nuestros acuerdos de convivencia

Buen trato, respeto y escucha activa: Sostenemos un clima de respeto, amabilidad y empatía. Hablamos con intención, escuchamos con atención y cuidamos el impacto de nuestras palabras y acciones. El respeto se construye en cada gesto, en la forma en que nos tratamos y nos nombramos.

“Yo hackeo el viejismo cuando…”

En la previa de estas jornadas, todas las personas que integramos el equipo organizador nos propusimos un ejercicio simple y profundo: mirarnos, presentarnos y reconocer de qué manera, en este presente que nos pertenece, cada quien hackea el viejismo. Entre todas esas voces elegimos compartir la de María José Bustos, la mayor del equipo. Su testimonio condensa, con palabras y poesía, el espíritu que nos une: animarnos a mirar distinto, a reescribir las narrativas sobre la vejez y a celebrar la vida en todas sus edades.

“Soy María José y en mis 70 años he encarnado un montón de personajes: la niña bastante solitaria en un mundo de adultos; la adolescente revolucionaria que estudiaba comunicación; la madre; la divorciada; la profesional independiente, la docente …. y hoy la abuela…la vieja…Sí, desde que cumplí los 70 me escucho decir, no sin cierto orgullo, ´soy vieja´ y allí escondo un desafío para quien me escucha pero fundamentalmente para mí misma, hackeando mis personalísimos prejuicios sobre la vejez. Como siempre me atrapó el universo de las palabras, practico el juego de los antónimos para desmantelar el viejismo. Si la vejez es la clase pasiva, le opongo las infinitas actividades que están a mi alcance. Si es ´pérdidas´, pongo el ojo en las ganancias. Si se ve dependencia, enfatizo las libertades… ¡y vaya si las hay en esta etapa de la vida en que poco pesan las miradas ajenas! Así, trato de practicar la presencia, el aquí y ahora, como única referencia válida del tiempo, que no se mide en años. Entre los tantos placeres que habilita la vejez, escribir es uno de mis preferidos.

Presentamos a las instituciones organizadoras

¿Qué significa hackear el viejismo?

Desde El Club de la Porota, hackear el viejismo es mucho más que cuestionar estereotipos sobre la edad: es un acto de reprogramación interior. Significa intervenir las narrativas que nos condicionan, reeducar la mente para dejar de asociar la vejez con pérdida y comenzar a verla como una etapa de expansión, creatividad y libertad.

La neurociencia nos enseña que el cerebro es plástico: cambia, se adapta y crea nuevas conexiones durante toda la vida. Por eso, hackear el viejismo también es entrenar la mente para abrirse a lo nuevo, desactivar el piloto automático del miedo y fortalecer los circuitos de la curiosidad, la empatía y la ternura. Como dice Gaby Piccoli, cada emoción crea una red: cuando elegimos sentir distinto, nuestro cerebro se reorganiza y nos permite pensar distinto. Y cuando, como propone Marianne Williamson, dejamos que el amor (esa forma elevada de la inteligencia) guíe nuestras percepciones, activamos el potencial más luminoso del ser humano: el de convertir la conciencia en posibilidad. Hackear el viejismo, entonces, es pasar del juicio a la ternura, del miedo al asombro, del mandato a la libertad. Es un gesto biológico y cultural, una práctica regenerativa que une ciencia y espíritu; razón y emoción. Una forma de vida en la que el pensamiento se expande, el corazón se abre y la edad se vuelve sinónimo de presencia.

Sol Rodríguez Maiztegui y equipo organizador.

Semillas

Te regalamos semillas.
Como las palabras, necesitan de cuidado para
que el bienestar florezca.

Cuando llegues a casa, armá tu jardín o tu huerta.
Regalas tiempo, agua y atención a cada brote.
Ese mismo cuidado que las plantas requieren,
es el que también necesitan los modos en que nos tratamos.

Cuidarnos es florecer juntos.
Gracias por ser parte del entramado,

A lo mejor elegiste ser parte del evento Nuevas Miradas, Nuevos Futuros en el Teatro Comedia (hoy a las 18hs en Rivadavia 254), o quizás nos estás acompañando desde otro lugar. De cualquier modo, la invitación es la misma: sentite parte de esta experiencia colectiva.
Ponete cómodo o cómoda, disfrutá con nosotros y seguí todo lo que acontece en la cuenta de Instagram @elclubdelaporota; 10 años creando nuevas formas de amar la vida y abrazar la edad.

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