La nueva “doctrina china” de Europa

Por Nelson Specchia

La nueva “doctrina china” de Europa

La presidenta del ejecutivo comunitario europeo, Úrsula von der Leyen.

Después de mi Cuaderno de Bitácora del lunes pasado, donde presentaba la idea de que, detrás de la nueva retórica belicista de Joe Biden hacia China los europeos habían comenzado a hacer lo propio, he recibido una sucesión de críticas y de comentarios cuestionando esa visión y la hipótesis que allí sostengo. En resumen, las objeciones de mis lectores afirman que la diplomacia de la Unión Europea no tiene un carácter agresivo, como la norteamericana, sino que es de un talante negociador por antonomasia, por lo que nunca va a terminar convirtiendo a China en un enemigo.

Debo decir que estoy de acuerdo -aunque sólo en principio- con mis críticos: en las teorías de la política internacional siempre clasificamos a la estrategia exterior de Washington como un producto de las teorías “realistas”, duras; mientras que los intentos de las comunidades europeas de aunar una posición internacional consensuada (esto es, su aún en germen Política Exterior y de Seguridad Común – PESC) siempre abrevaron, desde la segunda posguerra, en las teorías comerciales (transnacionalistas, o idealistas en sus diversas variantes). Estoy de acuerdo. Pero ese es, precisamente, el punto: esto, que todos conocemos, es lo que está comenzando a cambiar en estos mismos momentos.

Dije en esa columna tan criticada que la presidenta del ejecutivo comunitario europeo, Úrsula von der Leyen, está volando en estos días a Pekín a plantearle al presidente Xi Jinping que las buenas, cordiales, gentiles y provechosamente comerciales relaciones de China con Europa se estarían acabando, desde el momento en que Xi ha decidido respaldar a Putin. Es, a todas luces, un rompimiento, tanto de la tradición diplomática de la UE como de las perspectivas comerciales para con quién es ya el segundo socio del continente. Pero para que no sean sólo mis conclusiones, les presento las propias afirmaciones, textuales y entrecomilladas, de Úrsula van der Leyen, el 30 de marzo de 2023, ante auditorios tan destacados y especializados como el Mercator Institute of China Studies y el European Policy Center. Escúchenla diciendo esto:

“El pasado octubre, el Presidente Xi declaró en el Congreso del Partido Comunista que quería que China fuera líder mundial en «fuerza nacional compuesta e influencia internacional» para 2049. O, dicho de forma más sencilla, quiere que China se convierta en la nación más poderosa del mundo”.

“Nos preocupan las razones de este regreso a la escena mundial. La definición de una estrategia europea hacia China debe empezar por una evaluación de las intenciones estratégicas de China. Es evidente que nuestra relación se ha distanciado y dificultado en los últimos años.”

“Hemos asistido a un endurecimiento muy deliberado de la posición estratégica global de China. Tuvimos un vívido recordatorio la semana pasada en Moscú, durante la visita del presidente Xi: lejos de inmutarse por la atroz e ilegal invasión de Ucrania, el presidente Xi mantiene su amistad «ilimitada» con la Rusia de Putin.”

“Cualquier plan de paz que consagre las anexiones rusas es sencillamente inviable. La forma en que China siga respondiendo a la guerra de Putin será un factor determinante.”

“China ha adoptado una línea dura con sus propios vecinos. La demostración de fuerza militar en los mares del Sur y del Este de China, así como en la frontera con India, tiene implicaciones directas para nuestros socios y sus legítimos intereses.”

“Al igual que China ha reforzado su postura militar, también ha intensificado sus políticas de desinformación y coerción económica y comercial.”

“Los Estados miembros (de la UE) se enfrentan cada vez más a actividades chinas en sus sociedades que no son tolerables.”

(Hay) “un uso deliberado de la dependencia y la influencia económica para garantizar que China obtenga lo que quiere de los países más pequeños.”

“La escalada que estamos viendo indica que China se está volviendo más represiva dentro de sus fronteras y más firme en el extranjero.”

“China ha pasado de la «reforma y apertura» y está entrando en una era de seguridad y control. Veremos un mayor énfasis en la seguridad, ya sea militar, tecnológica o económica.”

“Xi pidió al pueblo chino que se preparara para la lucha.”

“El objetivo es un cambio sistémico en el orden internacional, centrado en China, (con) los derechos individuales subordinados a la soberanía nacional, y donde la seguridad y la economía primen sobre los derechos civiles y políticos.”

“Nuestra relación está desequilibrada y sufre cada vez más las distorsiones creadas por el capitalismo de Estado chino.”

“Hay ámbitos en los que el comercio y la inversión plantean riesgos para nuestra seguridad económica o nacional, especialmente a medida que China fusiona explícitamente sus sectores militar y comercial.”

“La evolución de las políticas chinas puede obligarnos a desarrollar nuevos instrumentos de defensa para sectores críticos. La UE debe definir su futura relación con China en alta tecnología, microelectrónica, informática cuántica, robótica, inteligencia artificial y biotecnología.”

“Debemos asegurarnos de que el capital, la experiencia y los conocimientos técnicos de nuestras empresas no se utilicen para reforzar las capacidades militares y de inteligencia de quienes son también nuestros rivales sistémicos.”

“Una política europea fuerte hacia China debe basarse en una estrecha coordinación entre los Estados miembros, y en la voluntad de contrarrestar las tácticas que pretendan dividir y dominar.”

Ustedes juzgarán; a mi criterio, con esto comienza una nueva postura hacia China en uno de los pilares de Occidente, bastante alejada del optimismo con que arrancó el siglo XXI.

Salir de la versión móvil