El jovencito del rifle

El ojo de Horus

El jovencito del rifle

El jovencito del rifle 

Hace más de cuarenta años, en los tiempos de la televisión en blanco y negro, pululaban los western norteamericanos como Bonanza y El Gran Chaparral, entre otros. Por supuesto, la platea masculina conocía cada detalle de aquellos tiradores infalibles capaces de matar a un mosquito en décimas de segundo. El preferido de quien escribe esta columna era Lucas Mc Cain, un viudo que vivía en su rancho con su hijo Mark. Este sonriente justiciero era conocido como el hombre del rifle».

Hace un par de días, en Córdoba, el fiscal Rubén Caro logró resolver un misterio que preocupaba mucho a los trabajadores de los Tribunales de Familia. Esporádicamente y durante los tres últimos años aparecían ventanas rotas y marcas raras. Con el apoyo de peritos balísticos, pudieron determinar que esos daños eran provocados por balines de rifle, que sin dudas alguien disparaba desde un edificio cercano. La investigación desembocó finalmente, en el allanamiento de un departamento ubicado al frente del edificio judicial, habitado por un hombre y su hijo de 13 años. En este procedimiento se pudo secuestrar un rifle de aire comprimido, y confirmar que desde ese lugar partían los proyectiles. La justicia de menores ya tomó participación para ponerle fin a esta travesura.

Afortunadamente, esta risueña historia quedará como una anécdota de las tantas que pueden contar quienes viven en el centro de nuestra ciudad. Los memoriosos, incluso, no podrán evitar bromear con «el jovencito del rifle».

En 2040

¿Cuál será el sentido para la vida de un asesino?, ¿qué pasará por la cabeza de un criminal empedernido? Maximiliano Sergio Martínez tiene sólo 28 años y ha estado bastante tiempo detenido por haber cometido un homicidio tiempo atrás en la localidad de Inriville. Sin embargo, y a partir de su buena conducta en la prisión, se ganó el beneficio de la libertad condicional. Claro que en lugar de comenzar una nueva vida, Martínez volvió a elegir el camino del mal.

Radicado en Sampacho, fue contratado por Ayelén Magallanes para que le hiciera una mudanza. Días después, el 14 de abril de 2019, ingresó a la casa de la joven por el patio y la sorprendió en el interior. Primero la golpeó salvajemente para robarle y después abusó de ella sexualmente. Finalmente, le prendió fuego a la cama para tapar rastros y calcinar a su víctima. Milagrosamente,   Ayelén malherida y media desvanecida, rodeada por el fuego y el humo, logró incorporarse y salvar providencialmente su vida.

En los Tribunales de Río Cuarto Martínez fue condenado ahora a 18 años de cárcel por el robo, abuso y el femicidio en tentativa. Lo impresionante del proceso es que la mujer a quien quiso matar fue a la sala de audiencias para verlo y escucharlo decir que estaba «muy arrepentido», sin ningún gesto de conmoción. No importa, ella juntó coraje para ponerse cara a cara con su femicida. Seguramente, este mismo coraje le servirá para iniciar una nueva etapa en su vida, como si fuera una segunda chance. En cuanto a Martínez, le esperan 20 años de rejas sin ninguna rebaja ni acortamiento. Para decirlo de otro modo, este asesino recién recuperará la libertad en 2040.

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