El Guille de la gente / Algo es algo

El caso sobre el espantoso asesinato del paramédico Guillermo Ríos. La justicia de Formosa condenó a cazadores que mataron y faenaron a un yaguareté.

El Guille de la gente / Algo es algo

Guillermo Ríos, el paramédico asesinado.

El Guille de la gente

El pasado lunes, en la Cámara del Crimen de Villa Dolores, comenzó el juicio por el espantoso asesinato del paramédico Guillermo Ríos en la localidad de Las Rabonas, un pueblito muy tranquilo ubicado en Traslasierra, a 17 kilómetros de Mina Clavero y a 160 km de nuestra ciudad. El crimen sucedió el 22 de diciembre del 2023 y sacudió la modorra de una comunidad totalmente alejada de hechos tan violentos y escabrosos.

Los acusados son José Ignacio Rodríguez de 23 años y Rocío Ayelén González de 22, quien estaba conviviendo con Ríos, un enfermero de 41 años muy querido en el pueblo, padre de dos hijos, muy servicial y sociable, de gran participación durante la época de la pandemia y que además conducía la ambulancia del dispensario comunal. La tragedia se descubrió durante la tarde del 26 de diciembre, cuando la hermana de Ríos fue a su casa y en el patio encontró el cadáver, ya en estado de descomposición. Días después, la autopsia forense confirmó que falleció por un fuerte traumatismo de cráneo provocado por un instrumento contuso, aparentemente una masa de albañil, con la que Rodríguez lo habría golpeado en la cabeza, luego de una discusión y pelea. Como si fuera poco, se supo luego que los dos imputados -de hurto calamitoso y homicidio calificado por alevosía y también por el vínculo en el caso de la mujer- intentaron irse a Santiago del Estero en la camioneta de la víctima, pero el vehículo fue retenido en un control policial por el estado de ebriedad que presentaba el presunto asesino. Sin embargo, ellos quedaron libres y entonces volvieron a la casa de Ríos y Rodríguez buscó la moto Honda Tornado con la que finalmente huyó a Ojo de Agua. Además, a Ríos le robaron joyas, dinero y su teléfono celular. Una hipótesis de la fiscal Gallaratto, responsable de la investigación, es que el transfondo de este hecho tan dramático pudo haber sido amoroso, ya que Rocío Gonzalez también habría tenido una relación con Rodríguez. Sin embargo, para su defensor José Nayi, la joven no participó en el crimen y por lo tanto pugnará por una absolución o por un cambió de imputación, por ejemplo, a encubrimiento. Recordemos que, así como está la acusación, prevé la única pena posible de prisión perpetua. Más allá de las circunstancias y de lo que surja de las audiencias, para quienes conocieron Guillermo Ríos sólo queda el recuerdo de alguien muy valorado y querido, y que era considerado “El Guille de la gente”.

Algo es algo

A paso lento, mejora la conciencia ambiental en nuestro país y a pesar de tantos poderes ocultos (y no tanto), que impunemente siguen destruyendo a nuestra flora y fauna y sin ninguna clase de reproche judicial, o en todo caso alguno muy esporádico y para calmar cuestionamientos sociales y mediáticos. En Córdoba por ejemplo, se hizo en el año 2011 el primer juicio por fumigaciones ilegales y después se frenó todo,cuando en realidad los controles brillan por la ausencia y muchos productores no toman ni siquiera los recaudos mínimos para no envenenar a un montón de gente indefensa.

Hace un par de semanas, la justicia de Formosa condenó en un fallo histórico a cuatro cazadores que mataron y faenaron a uno de los pocos yaguaretés que quedan en esa provincia norteña (sólo cinco registrados). Según la acusación, los imputados salieron armados a buscar una vaca perdida y encontraron a un yaguareté, al que balearon a pesar de la prohibición por tratarse de una especie en grave peligro de extinción. El caso ocurrió el 27 de julio del 2024 y tal vez no se hubiera conocido si estos hombres no hubieran fotografiado al felino colgado y cuereado. Como si hubieran hecho una hazaña, se permitieron jactarse del mismo modo que los hacen los millonarios que publican fotos de sus “divertidos” safaris en África, cuando asesinan animales indefensos y con armas super poderosas. Lo inédito de esta causa judicial es que se lograron cuatro condenas. Tres de ellos recibieron 2 años de cárcel domiciliaria y la restante también de 2 años, pero de ejecución condicional. Asimismo, el juez Pablo Morán ordenó que los condenados tengan que capacitarse sobre la protección del yaguareté y otras especies nativas. Desde la ONG Red Yaguareté, querellante en el proceso, consideraron que las condenas fueron exiguas y por eso impulsan un endurecimiento de las leyes que protegen a las especies que sean declaradas Monumento Nacional y que estén en situaciones límites como sucede con este animal, del que solo quedarían menos de 300 ejemplares en todo el país.

Por lo pronto, lo conseguido con estas cuatro condenas se puede leer desde el vaso medio lleno, o desde el medio vacío. Por un lado, la sanción punitiva no satisfizo las expectativas. Pero por el otro, se llegó con la lucha por la preservación de la fauna autóctona, adonde nunca antes. Y además, socialmente se reinstaló la necesidad de cuidar nuestro ambiente como a un tesoro. Resumiendo, las organizaciones ambientalistas no consiguieron todo lo que buscaban, pero para nada se fueron con las manos vacías. Como solemos decir al cabo de desafíos difíciles, es importante valorar lo conseguido… y siempre algo es algo.

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