La fiscal Valeria Rizzi de Delitos Complejos avanza en la investigación de los fraudes del Grupo Roma, que ya tiene a nueve imputados de asociación ilícita y estafas reiteradas. Tres de ellos, Stefanía Destefani, Franco y Darío Hinga, permanecen en la cárcel de Bouwer con prisión preventiva. Según la acusación, habían armado una financiera fantasma muy promocionada por las redes, fundamentalmente en Facebook e Instagram, y usando como pantalla un par de concesionarias de autos (MG automotores y Chekcars), de inmobiliarias y del comercio Megasmart dedicada a la venta de Iphones para aparentar una solvencia, absolutamente falsa, pero que servía como carnada a quienes se veían atraídos por los jugosos intereses que supuestamente pagaban a quienes depositaban distintas sumas de dinero, que jamás han recuperado hasta ahora. Sólo pagaban a las víctimas un par de intereses para generar confianza antes de la consumación de las estafas.
Los damnificados son casi todos de nuestra ciudad y hay desde gente que vendió un auto para entregar lo que cobraron, hasta otros que pusieron sumas importantes que recibieron de indemnizaciones. O sea, desde $ 30.000 hasta más de $ 2.000.000 con una diversidad de montos que en sólo 50 casos ya superan los 50 millones de pesos y miles de dólares. No obstante, y por lo visto hasta el momento, lo del Grupo Roma sería una pequeña réplica de las piramidales Generación Zoe o del catamarqueño Adhemar. En esta causa netamente cordobesa, ya se presentaron más de 200 denuncias.
Hace más de 500 años, cuando los españoles llegaron a América, y comenzaron a intercambiar cosas con los pueblos nativos, rápidamente desataron una avaricia infinita que se mantiene hasta hoy de modos insospechados, pero con la misma modalidad de dar algo vistoso y barato a cambio de algo muy valioso. En aquellos tiempos de Colón y de los conquistadores se llevaban a España todo el oro que podían, y que intercambiaban engañosamente por baratijas, especialmente espejitos de colores.
