Justicia por Valeria

El ojo de Horus

Justicia por Valeria

Desde el próximo jueves 22 la Cámara Novena del Crimen juzgará a dos anestesistas y a una enfermera por un presunto y muy grave caso de mala praxis ocurrido el 10 de octubre del año 2018 en el Hospital Privado de nuestra ciudad. Aquel día, Margarita Valeria Reinoso fue sometida a una cirugía de resección de un lipoma y de colocación de prótesis mamaria, en una intervención exitosa que duró más de tres horas. Acto seguido, la paciente fue ingresada a la sala de recuperación en pleno estado de conciencia, sin complicaciones y respondiendo a las consultas de los facultativos. Sin embargo, al rato comenzó a sentir dolor en la zona de la operación y, por presunta indicación de uno de los anestesistas responsables, la enfermera Sandra Monier le aplicó un opioide, tal vez desconociendo que Valeria presentaba intolerancia a esta medicación. Como si fuera poco, tampoco se hizo el indispensable control posterior (por un eventual efecto adverso) y según establecen las normativas.

Lamentablemente ocurrió lo peor. El organismo de Reinoso reaccionó negativamente con desaturación de oxígeno e hipoxia, lo que recién fue advertido por la enfermera a los 15 minutos de colocado el calmante. Ante el pedido de atención urgente, llegó el anestesista Luis Richetta quien logró normalizar la oxigenación pero no que la paciente respondiera a los estímulos externos. Según el protocolo médico, el control en el postoperatorio debe hacerse de modo responsable ya que ante la eventualidad de un caso como el de la víctima, rápidamente se debe administrar la droga naloxona, para evitar daños neurológicos. Lo cierto es que por negligencia y falta de atención inmediata, Valeria quedó cuadripléjica y ahora vive en su casa junto a su esposo Luciano Fiorelli y los tres hijos de ambos, pero en estado vegetativo e irreversible, en una habitación acondicionada especialmente por su situación.

La acusación por lesiones gravísimas culposas involucra a los anestesistas Aníbal Olivazzi, Luis Richetta y a la enfermera Sandra Monier, y vuelve a poner en evidencia el mercantilismo con el que muchas veces se atiende algo tan delicado como nuestra salud; por supuesto que la falta de personal suficiente y de profesionales debidamente formados contribuyen a descuidos fatales o casi fatales. Como expresan los familiares de Valeria a la hora de reclamar una condena justa,…en salud, la deshumanización daña y mata.

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