La humedad de Trebuq que no convenció a los jueces

El ojo de Horus

La humedad de Trebuq que no convenció a los jueces

Históricamente la humedad se ha metido en nuestras vidas, ya sea como tema de conversación como de fastidio por el sopor que sufrimos en esos días en los que la transpiración se nos pega en el cuerpo.

Pero también la padecen las paredes y los techos, muchas veces con fisuras y grietas inhallables y por las que se filtra la lluvia provocando mohos y roturas en el interior de las viviendas. Sin embargo, la humedad además puede servir como una buena excusa para intentar salir de país.

A mediados de junio pasado, la Cámara Décima del Crimen condenó a los imputados de la causa Trebucq por la usurpación de un valioso terreno fiscal en barrio General Paz y la posterior estafa, al consumar su venta en US$ 4.100.000.

Vale recordar que las mayores condenas a 6 años y 10 meses de prisión fueron para el escribano Lucrecio Lanza Castelli, los abogados Alejandro Damia y Ernesto Blanco y el empresario Gustavo Trebucq, todos en libertad hasta tanto la sentencia quede firme. Además de la condena penal, el tribunal resolvió el pago de una millonaria indemnización civil a los estafados con la devolución de los dólares más los correspondientes intereses; y los abultados honorarios a los abogados querellantes. Por las dudas, los condenados se insolventaron y por donación se desapoderaron de sus bienes.

Ahora bien, si alguien no tiene dinero y debe una fortuna, entonces cómo se entiende que pida autorización para salir del país. Por lo tanto, no deja de sorprender que desde la finalización del juicio, tres de los condenados hayan pedido ya autorización para viajar al exterior, lo que fue rechazado por los jueces.

Uno de ellos fue Trebucq, quien adujo tener un departamento en Punta del Este, Uruguay, con problemas de humedad y que, según dijo, nadie se lo quería arreglar por su condena judicial. De todos modos, el Tribunal confirmó que ese inmueble tiene una administración judicial por un divorcio en trámite y, como si fuera poco, que el peticionante es un deudor moroso de la cuota alimentaria.

Las prevenciones no sólo tienen que ver con el riesgo de una eventual fuga sino también del manejo de posibles depósitos bancarios que pueda tener en el vecino país, o en alguna cuenta “offshore”.

Queda claro entonces que este pretexto no le funcionó a Trebucq y tal vez deba probar con la sequía. Es que los jueces Rojas Moresi, Centeno y Palacios Laje «no compraron» lo de la humedad.

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