Madrugadas muy calientes/Negligencia y desidia

Un reciente fallo condena a los responsables del crimen de Mariano Mansilla, en un contexto de creciente inseguridad. Además, la negligencia médica en el caso de Antonio Platiá evidencia la falta de atención urgente en situaciones críticas.

Madrugadas muy calientes/Negligencia y desidia

Ministerio Público Fiscal.

MADRUGADAS MUY CALIENTES

Mientras la mayoría de los cordobeses caemos desplomados en la cama durante la noche, después de intensas jornadas laborales y del trajín urbano muchas veces agotador, algunos personajes forjan sus hábitos en la nocturnidad y bajo la luz de la luna, aunque preferentemente en la oscuridad.

Hace algunos días, la Cámara Octava del Crimen condenó a Jorge “Pachi” Oliva y a Claudio “Vizcacha” Pimentel por el crimen de Mariano Mansilla, de 26 años, en barrio Villa Siburu. Según la investigación, pasadas las 3 de la madrugada, la víctima y su hermano Martín, ambos armados, fueron a la intersección de calles La Tablada y Sixto Llanos para supuestamente dirimir diferencias con los condenados y otros sujetos no identificados. De hecho, en este mismo juicio resultó absuelto por la duda Gabriel “Tico” Euliarte. Lo cierto es que en un espacio no mayor a 30 metros, se desató una balacera y uno de los proyectiles impactó en el pecho de Mansilla, quien sólo pudo dar unos pasos antes caer desvanecido al piso. Si bien fue llevado al Cardiológico, cuando ingresó ya estaba agonizando.

Ahora bien, en lo estrictamente judicial, Oliva fue condenado a 14 años de prisión (por el homicidio agravado más una vieja causa por tenencia de drogas). A Pimentel le impusieron 14 años y 4 meses de cárcel porque además le agregaron un robo y una causa de violencia familiar anteriores. De todos modos, los abogados defensores Nicolás Cerrito y Simón Palacios apelarán la sentencia ya que sostienen que existió una legítima defensa de parte de Oliva quien respondió a los disparos de Mansilla, y la no participación de Pimentel en el suceso.

Más allá de este hecho en particular, lo impresionante es como el cóctel de armas y drogas han convertido a un montón de zonas de nuestra ciudad en rojísimas y ultraviolentas, en donde las discusiones se dan a “balazo limpio” …y preferentemente en madrugadas muy calientes.

NEGLIGENCIA Y DESIDIA

En la vida hay situaciones urgentes y otras que pueden esperar. Según de lo que se trate, nuestro sentido común, conocimiento y experiencia, sirven en definitiva para diferenciar entre una emergencia y algo que no lo es. En el ámbito de la medicina, sabido es que un dolor o malestar de pecho puede ser un síntoma de un problema cardíaco, y más si se produce en alguien con antecedentes, y por lo tanto la atención debe ser inmediata.

En los próximos días y en la Cámara Séptima del Crimen, con la participación del fiscal Marcelo Fenoll, podría comenzar el juicio a un médico y dos facultativas acusados por la muerte de Antonio Platiá de 79 años, el 27 de abril del 2016 en el Hospital Nacional de Clínicas. El hecho sucedió a partir de una descompensación que sintió el anciano, quien sufría insuficiencia cardíaca, lo que constaba en su historia clínica en dicho nosocomio. Aquella mañana lo acompañó su hijo César, quien a pesar de explicar en la administración de la guardia la urgencia que requería la atención de su padre, increíblemente no fue asistido durante alrededor de cinco horas, mientras el dolor de corazón se agudizaba. La respuesta de quienes lo atendieron fue que se respetaba el orden de llegada. La situación se volvió tan desesperante, que el hijo rompió un vidrio con una baldosa y por esa razón quedó detenido. Pero lo más tremendo ocurrió cuando Antonio fue finalmente revisado, porque ya era tarde y no le pudieron salvar la vida. El médico de guardia imputado por homicidio culposo es el Dr. Jorge Saliba, quien si hubiera actuado de modo criterioso, tal vez Platiá hubiese sobrevivido. Así lo confirmó en ese momento la pericia ordenada por el fiscal Gustavo Dalma, responsable de la investigación. De hecho, los peritos recordaron que para el caso de los pacientes cardíacos, la existencia de “la hora de oro” es fundamental, o sea de un tiempo crítico para intervenir y evitar la muerte.

Por estas horas, y a pedido de los defensores y del querellante, las partes discuten la posibilidad de una reparación económica como alternativa a eventuales condenas. En caso que se sostenga la acusación de homicidio culposo, el Código Penal prevé entre 6 meses y 5 años de prisión e inhabilitación de hasta 10 años.

De este luctuoso hecho ya pasaron casi 9 años, y al margen de los protocolos y las disposiciones para la atención de pacientes, resultan impactantes casos como el de Platiá, abandonado a la muerte por una increíble actitud de negligencia y desidia.

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