¿Para cuándo?

El ojo de Horus

¿Para cuándo?

Dicen que “la Justicia lenta no es justicia”, o que “mejor tarde que nunca”, y seguramente ambas expresiones tienen una parte de razón. El 10 de diciembre de 2016 el niño Mateo Aguirre de sólo 8 años murió atropellado por un vehículo en Santa Rosa de Río Primero. Dos jóvenes de allí habían corrido una picada por la ruta 10 (atraviesa el pueblo) en los instantes previos en los que Nahuel Ghione provocó la tragedia circulando a alta velocidad; Axel Pérez había girado unos metros antes del impacto. Mateo estaba jugando con otros niños en la vereda cercana a la calle y fue arrastrado alrededor de 100 metros. Lo llamativo de este juicio, que se desarrolló en la Cámara Séptima del Crimen, fue que el fiscal Sergio Ruiz Moreno acordó un abreviado con condenas de tres años de cárcel condicional para Ghione, y un año y seis meses también en suspenso para Pérez.

Pero además, fueron juzgados dos policías por intentar ayudar a los acusados del siniestro. En tal sentido, el comisario Omar Pucheta recibió una condena de cuatro años de prisión, y su subordinado Eduardo Maydana de dos años, también de cumplimiento efectivo. Ambos cumplirán la pena cuando la sentencia quede firme, algo que aún no ha ocurrido. En lo que respecta al reclamo civil, la aseguradora finalmente llegó a un acuerdo con la familia de Mateo.

Pero en la cuestión estrictamente penal, los padres y allegados de la víctima se retiraron del juicio muy dolidos y disconformes con las “condenas leves” a los dos jóvenes protagonistas del hecho principal.

El tiempo pasa y ya se cumplieron tres años de la lectura del veredicto (11 de noviembre de 2012), el mismo de la casación que oportunamente el abogado querellante Esteban Papagenadio presentó ante el Superior Tribunal de Justicia. Así, en los próximos días se cumplirán ocho años de la tragedia, (los padres debieron esperar cinco largos años para el juicio), y tres años de la apelación para que el TSJ revise y resuelva si Ghione y Pérez deben ser nuevamente juzgados o no. Nos preguntamos entonces: ¿se habrá traspapelado la casación?, ¿será muy difícil resolver el planteo?, ¿estarán muy ocupados los jueces? Con el debido respeto… ¿para cuándo?

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