Psicosis

El ojo de Horus

Francoise Dolto fue una reconocida psicoanalista francesa, y cuyo apellido fue usado por el ex psicólogo Marcelo Bazán para denominar a la Fundación que presidía en Villa Carlos Paz. En los últimos años, y a partir de denuncias de ex pacientes, la investigación hecha por la fiscal Jorgelina Gómez desenmascaró una historia muy perversa en la que, según la acusación, lo que aparentaba ser un centro terapéutico, en realidad funcionaba como una especie de secta en la que Bazán hacía y deshacía según su conveniencia, e incluía reuniones con consumo de alcohol, drogas y abusos sexuales.

La causa judicial ya está en la Cámara Tercera del Crimen y Bazán será juzgado junto a su ex pareja, la también psicóloga Paola Re Aramburu, ambos imputados de presuntos abusos reiterados y agravados en perjuicio de tres denunciantes que de ser pacientes pasaron a ser colaboradoras y eran «invitadas» a participar de encuentros para vivenciar supuestos «rituales» que incluían prácticas sexuales. Según la prueba, Bazán ejercía violencia de género y se imponía sobre la voluntad de sus víctimas para prevalecer sobre ellas y dominarlas a su antojo. Entre otras excusas, les hacía creer que esa «terapia» les serviría para un crecimiento personal y para mejorar sus relaciones de pareja. Cuando el juez de control Gustavo Hidalgo confirmó la elevación de la causa a juicio, argumentó que Bazán les daba a sus víctimas drogas y bebidas alcohólicas para disminuir los frenos inhibitorios y así lograr sus cometidos y afianzar el «dominio sentimental».

Queda claro que toda esta historia es profundamente tóxica y bien le hubiera servido a Alfred Hitchcock para agregar otro capítulo a la zaga Psicosis.

Salir de la versión móvil