Revisión general

El ojo de Horus

Revisión general

El viernes 16 de junio se conocerán los fundamentos de las condenas al ex profesor Luis Olmedo y a sus ayudantes Adrián Casalis y Augusto Massimino por extorsión continuada, y por armar un kiosco propio en el ámbito de una materia filtro como microbiología del segundo año de la carrera de Odontología de la Universidad Nacional de Córdoba. Lo increíble es que semejante tropelía haya contado con el silencio cómplice de autoridades como la ex decana Spadiliero de Lutri, quien también resultó condenada, y posiblemente varios más que con el argumento de que «nadie» denunciaba, entonces no pasaba nada.

Estudiantes que sufrieron a Olmedo aseguran que incluso antes de cursar la materia ya se sabía que era importante «pagar la academia» para aprobar y no pasarla mal. Durante años, microbiología fue cátedra única y el profesor tomaba la gran mayoría de los exámenes, con preguntas complejas e insólitas en el escrito, pero fácilmente respondidas por quienes recibían los apuntes tras plegarse al apriete. Las historias de las víctimas van desde estudiantes que abandonaron la carrera, hasta otros y otras que fueron bochados varias veces con atrasos de años en la carrera, o casos de jóvenes que se preparaban muy bien pero que atemorizados desistían de presentarse a rendir. Según testimonios, «todo el mundo» sabía lo de Olmedo, pero nadie se metía, tampoco el centro de estudiantes.

Resulta inadmisible que en lo que es uno de los máximos orgullos de nuestro país, la enseñanza universitaria libre, gratuita y de calidad, todavía aniden personajes oscuros que lucran a costa de intimidar, maltratar y manipular a estudiantes. Seguramente los salarios docentes no son los que tendrían que ser, pero de ahí a usar a la UNC para ganar dinero, y más aún, gracias a conductas inmorales y delictivas, hay una enorme distancia. El lado bueno de este caso y del juicio que se realizó en el Tribunal Federal Uno -y gracias a una impecable investigación del fiscal Maximiliano Hairabedian-, es que tal vez las autoridades de la Casa de Trejo y de todas sus Facultades y Escuelas puedan «mirar atentamente hacia adentro» y reafirmar el camino de la decencia como el único posible para pertenecer a la Primera Universidad de la Argentina. Dicho de otro modo, probablemente, no vendría nada mal hacer una revisión general.

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