Tarariras, vizcachas y cabritos

El ojo de Horus

Tarariras, vizcachas y cabritos

La Cámara Segunda del Crimen se apresta a condenar a dos trabajadores del Estado provincial que usaron vehículos del Ministerio de Salud para cuestiones personales, en lo que se conoce como el delito de peculado. Según la acusación que llevará adelante el fiscal Martín Berger, se trata de un hecho asombroso ocurrido además en octubre de 2020, cuando el Covid castigaba sin tregua, y la circulación de personas estaba restringida. Los acusados son Fabián Geres y Claudio Tapia, ambos del área de logística de la cartera sanitaria, y vinculados con el uso de los móviles y los traslados de pacientes y distribución de medicamentos.

Fue justamente Geres quien sacó una Ducato del playón del Pablo Pizzurno para llevar a Jorge Albornoz, Julio Díaz, Daniel Fernández y Cristian Santillán a un paseo de caza y pesca a la zona del Río Dulce en La Rinconada. Todo el viaje fue hecho con el utilitario oficial y con el combustible pagado por el gobierno; pero además, Geres manejaba vestido de paramédico, lo que le permitía pasar sin problemas los controles ruteros por la pandemia. Sin embargo y durante el regreso, la buena suerte los acompañó hasta la localidad de Sebastián Elcano cuando el auto se rompió. Fue entonces que Geres le pidió auxilio a Tapia, quien de modo diligente le envió una ambulancia para el rescate de los varados. Al ser todos trasladados sin las correspondientes autorizaciones, un control de la gendarmería en la zona de Río Seco los descubrió y entonces la olla se destapó. Por supuesto, además de las condenas a Geres y Tapia, los otro cuatro imputados podrían sufrir un reproche penal o eventualmente alguna multa por haber violado la Ley de Fauna Silvestre.

La prueba que los involucra es elocuente y demuestra que se pasaron un fin de semana esplendoroso y súper relajado. Se les secuestraron ocho conservadoras, dos carpas, 17 cañas de pescar, nueve cuchillos, un disco y una parrilla, luces de emergencia y restos de bebidas de lo que además debió ser una excursión bien regada. Obviamente, a estos viajeros también les encontraron varios kilos de carne faenada, fundamentalmente de tarariras, vizcachas y cabritos.

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