¿Tenía coronita? / Un dolor

El conductor que le provocó daños a un bebé, ya había tenido episodios callejeros violentos. La triste historia de la muerte de un niño que murió en una plaza.

¿Tenía coronita? / Un dolor

¿Tenía coronita?

Continúa detenido el automovilista que intencionalmente chocó desde atrás, a un vehículo en el que viajaban un matrimonio y un bebé de solo 18 meses, y quien sufrió lesiones en su cabecita por estas maniobras violentas. El pasado 4 de septiembre, Juan Cruz Peracca de 29 años manejaba una Volskwagen Amarok cuando embistió a un auto más pequeño y luego de una discusión de tránsito, en un sector de la Costanera cercano al puente Santa Fe. Tanto Peracca como el otro conductor, Alexis Petrópulos de 43 años, fueron imputados por lesiones leves por la fiscal Claudia Palacios, pero en el caso del chocador también por lesiones graves dolosas y con alevosía. Además Peracca fue apresado días después del choque, porque lo llamaba y lo extorsionaba a Petrópulos reclamándole un dinero para reparar roturas en su camioneta.

Ahora bien, luego se supo que este detenido ya había protagonizado al menos cuatro episodios callejeros violentos durante los últimos tres años, que todavía se están investigando en diferentes fiscalías. Pero además fue denunciado por aparentemente hacerse pasar como abogado cuando en realidad no lo sería. Según comentarios de gente que lo conoce del ámbito de tribunales, sería un muchacho impetuoso, muy proclive a “poner el pecho” y a preguntar a las eventuales víctimas: “¿Vos sabes quién soy yo?, ¿Sabes con quien te estás metiendo?”. Posiblemente Peracca se sienta “protegido” porque sus padres ocupan importantes cargos en la Justicia Provincial. En el caso puntual del hecho del bebé, era imposible no escuchar su llanto y los gritos de la madre para que Peracca no choque el auto, lo que finalmente hizo y en dos oportunidades, plenamente consciente del ataque que estaba perpetrando. Por eso, y por el daño físico que sufrió la criatura y del que se está recuperando afortunadamente, el abogado querellante Yangüez Papagenadio pidió que le agraven la imputación a homicidio en tentativa. Como sea, habrá que esperar que la fiscal avance con la investigación, y resuelva la situación procesal de este joven impulsivo, ya sea excarcelándolo o dictándole la prisión preventiva.

Y por supuesto, como dato extra, los antecedentes de Peracca generaron suspicacias sobre posibles privilegios que alguna gente podría tener a la hora de la “Ley pareja…o despareja”. Como decíamos de niños sobre ciertos favoritismos en la escuela, y poniendo a los beneficiados en un lugar superior, … Juan Peracca…¿tenía coronita?

 Un dolor

La imagen de paramédicos tratando de revivirlo, con un montón de vecinos alrededor rezando e implorando por un milagro, es muy posiblemente la más tremenda prueba de la muerte totalmente evitable de Luciano Aranda de 14 años en una placita sin nombre de barrio Alto Alberdi, y ubicada sobre Achaval Rodríguez al 1960, casi esquina Ocaña. El próximo lunes y en la Cámara Tercera del Crimen, comenzará el juicio a cuatro trabajadores municipales acusados por homicidio culposo, ya que Luciano falleció electrocutado al tocar un poste metálico de alumbrado público. Este hecho tan doloroso sucedió durante la tardecita del 25 de enero del año 2022, cuando él estaba jugando al futbol con su hermano y otros chicos, algo que habitualmente ocurría con muchos niños futboleros del barrio.

Los trabajadores imputados por homicidio culposo son Ramón Cuello, Marcos Farioli, Hugo Chocobares y Julio Banegas, dos jefes y dos empleados de Mantenimiento de Alumbrado Público. Por la prueba recabada en la investigación del hecho por el fiscal Guillermo González, el caño electrificado tenía una caja rota y cables peligrosos al alcance de cualquier persona, y por lo tanto será sencillo para el fiscal Martín Berger, y para el abogado querellante Carlos Nayi, probar la desidia y las omisiones en el mantenimiento y la seguridad de esos viejos caños, todos reemplazados después de la tragedia. La ausencia del Estado es absolutamente inaceptable en cuestiones fundamentales, y sobre todo, cuando a los “platos rotos” los pagan con sus propias vidas ciudadanos inocentes. Podríamos decir que el destino lo puso en ese momento y en ese lugar a Luciano Aranda, pero que tranquilamente pudo haber sido cualquier otro niño de los que en plena época de vacaciones iban a jugar allí. Recordemos que el homicidio culposo tiene una escala penal de entre 2 y 5 años de prisión, por lo que no debería sorprender que, en caso de condenas, sean de cumplimiento condicional. De todos modos en la justicia civil está pendiente la resolución de la demanda económica que involucra a los cuatro acusados, y por supuesto al Estado Municipal que seguramente tendrá que afrontar un muy costoso resarcimiento.

Sin dudas, será un juicio repleto de lágrimas. Luciano recién empezaba a vivir y su muerte se hubiese evitado si los trabajos de mantenimiento de las plazas de la ciudad se hubieran hecho antes, y si los trabajadores responsables hubiesen cumplido con sus obligaciones. Nada de esto ocurrió, Luciano murió y entonces el dolor es infinito.

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