Un arreglo

El ojo de Horus

Un arreglo

El ex intendente de Río Ceballos, Omar Albanese, fue el denunciante de José Carlos Argiró.

Un viejo dicho expresa que «hablando, la gente se entiende», sobre todo cuando hay buena voluntad de las partes. Hace algunos días, el juez Pablo Brandán de la Cámara Sexta del Crimen condenó a tres años de cárcel en suspenso a José Carlos Argiró de 79 años, acusado de vender en 2015 cuarenta y dos lotes que eran propiedad del municipio de Río Ceballos, estafando de este modo a legítimos compradores engañados en su buena fe. En realidad, esta historia comenzó en el año 1996, cuando Argiró entregó a la comuna de esa localidad de Sierras Chicas sesenta y dos lotes para saldar una importante deuda impositiva. Cuando fue denunciado por el ex intendente Omar Albanese, el estafador adujo que por «incompetencia» los ex jefe comunales nunca adjudicaron legalmente como propios del municipio esos cuarenta y dos terrenos, e incumplieron con las debidas inscripciones en Catastro y el Registro de la Propiedad. Como si fuera poco, se manifestó «víctima» de la situación y ofendido en su buen nombre y honor.

Sin embargo, ya en el juicio y pesar de una negativa inicial, Argiró admitió los cargos para que fuera posible un trámite abreviado y así fue condenado por estelionato, esto es, por vender bienes ajenos. El dinero que en su momento cobró por las ventas nunca fue devuelto (el municipio no presentó una acción civil), y para los desprevenidos damnificados fue fundamental el compromiso del actual intendente Ezequiel Lemos y del asesor adjunto Enzo Iván Segretti de devolver al menos parte de esos lotes y reparar el perjuicio, ya que en el fallo el juez Bradán también declaró la nulidad de las escrituras de la estafa.

Las conversaciones en este sentido ya se iniciaron con el propósito de consolidar el dominio de los lotes a los vecinos que llevan 8 años reclamando por lo que habían pagado. Por supuesto, todo deberá ser refrendado por el Concejo Deliberante, y quedará para el Estado municipal la enseñanza que, dentro de lo posible, se deben cumplir todas las formalidades para evitar que algunos pícaros se aprovechen y actúen con deshonestidad brutal. Afortunadamente en este caso, y tras una larga espera, ya se llegó a un arreglo.

Salir de la versión móvil