Viva la pepa
Hace algunos días se puso en la agenda mediática y política el dato de que la Argentina figura en el tercer lugar en el ranking mundial de evasores. Queda claro que a diferencia de países admirados por muchos compatriotas, como Estados Unidos, donde no se puede comprar ni un tornillo sin pagar un impuesto o tax, en nuestro país los niveles de informalidad impositiva son asombrosos y conviven con nosotros de manera cotidiana. De hecho, cuando vamos al almacén o a la verdulería del barrio y pagamos sin recibir ningún recibo de la Afip a cambio, participamos de estas evasiones en el grado de «chiquitaje».
Pero el problema mayor son los millones y millones que se escurren por fronteras porosas y papeles apócrifos. Si bien en los últimos años en la Justicia Federal se juzgaron y condenaron a varios evasores por millonarios negocios agrícolas en «negro», la impresión general es que el grueso de estas maniobras delictivas no resultan descubiertas, porque no se puede, porque no se quiere, o porque las coimas siguen mandando.
En este contexto, mucho ruido hizo en la Torre del Parque Sarmiento el respaldo que los camaristas Avalos y Montesi le dieron a juez Bustos Fierro quien declaró la nulidad de la causa Lafuente Sivilotti, por presunta violación del secreto fiscal. El voto disidente fue de la jueza Navarro, quien consideró que los involucrados no eran terceros, y que a pedido de los fiscales Vidal Lazcano y Senestrari la Afip proporcionó las pruebas respetando la legislación. En esta causa también están involucrados un sobrino de Bustos Fierro y el conocido economista Nadin Argañaraz. Recordemos que todo esto se inició con la denuncia de un particular que sufrió el robo de su clave fiscal.
Si bien el fiscal Casas Nóblega casará esta resolución de la Cámara Federal, y más allá de este caso en particular, la sensación que queda flotando en el aire es que la «evasión gorda» sigue gozando de buena salud y que los pocos controles reales que hay son superados largamente por quienes ganan fortunas dibujando, falsificando, y quedándose con recursos del fisco. Como dijo un funcionario judicial, esto es un «viva la Pepa».
Trebucq
A casi 20 años de los fraudes y estafas en el Registro de la Propiedad, y a 14 del primer juicio de la Megacausa, con 6 condenados, en la Cámara Décima ya le pusieron fecha a otro episodio de esta saga interminable. Se trata de una causa VIP, con un montón de meandros y con 16 imputados, entre los que se destaca el financista Gustavo Trebucq, ex presidente del club La Tablada. Los otros acusados son escribanos, particulares, abogados, un ingeniero y funcionarios de Catastro y de la Municipalidad. La investigación inicialmente correspondió al fiscal Enrique Gavier, quien allá por el año 2014 ordenó la detención de Trebucq, y fue terminada por el fiscal Raúl Garzón, quien en 2018 dispuso el final de la prisión para este imputado.
De no mediar imprevistos, el juicio comenzará el lunes 22 de agosto, con preparativos especiales habida cuenta de la cantidad de acusados y defensores. De acuerdo a lo ideado, las audiencias se harán martes, miércoles y jueves. La acusación se puede sintetizar en la apropiación de un muy valioso terreno fiscal ubicado en la Costanera, cerca del Puente 24 de Septiembre, y que la Provincia había expropiado allá por 1960. En el caso de Trebucq la imputación es la de usurpación, falsedad ideológica y estafa. Esto es, la apropiación de un lote y una estafa con la venta del mismo a terceros. El perjuicio estimado ronda los 4.000.000 de dólares. Las eventuales condenas podrían rondar entre los 3 y 5 años de prisión. Como dato anecdótico debemos recordar que estando en la cárcel de Bouwer el financista sufrió el ataque de otro detenido que intentó clavarle un vidrio en el cuello.
Lo cierto es después de un festival recursivo de los defensores, la espera llegó a su final y todo está listo para arrancar: finalmente comenzará el juicio de la Causa Trebucq.