¿Volverán a juzgarlo?

¿Volverán a juzgarlo?

El pasado 7 de marzo, en un veredicto no unánime, la Cámara Primera del Crimen de Río Cuarto con jurados populares, absolvió a Gonzalo Gambero, un joven padre acusado de haber zamarreado a su hijo Pedro, de sólo 3 meses, y haberle provocado la muerte por el síndrome del niño sacudido. El juicio terminó con polémica habida cuenta de la importante prueba científica que involucraba al acusado, y del modo en que se produjo la intervención de los ocho ciudadanos que votaron por parte del jurado.

El fallo ya fue apelado por el fiscal de la Cámara, Julio Rivero, quien había pedido la condena de prisión perpetua; también pidió la revisión del Superior Tribunal el nuevo abogado querellante Carlos Nayi, en representación de la madre del niño, Lucrecia Piñeiro.

Más allá de la valoración de la prueba, no habría sido correcto el desenvolvimiento de los jurados, ya que los ocho participantes sólo tenían que decir si el hecho tal como lo describía la acusación había existido, y si el imputado había participado o no. Cinco de ellos votaron a favor de la absolución por la duda, y tres por el homicidio junto a los jueces técnicos Natacha García y Daniel Vaudagna. La posible irregularidad es que de los tres que votaron por el homicidio, uno lo hizo por el doloso y dos por el culposo, en una extralimitación inadmisible.

Tal vez, algo ocurrió con las instrucciones a los jurados y con la posterior aceptación que los jueces hicieron de esta votación, que terminó inclinando la balanza por la absolución cuando, en realidad y según la querella, hubo un empate entre cinco votos para la absolución y cinco para el homicidio. En ese caso, tuviese que haber desempatado el presidente del tribunal Nicólas Rins, muy posiblemente imponiendo una condena a perpetua.

Lo cierto es que este proceso que se inició con el tremendo hecho ocurrido el 22 de agosto del año 2017, no ha terminado en absoluto. Ahora, el TSJ puede confirmar la absolución de Gambero o, por el contrario, declarar la nulidad y ordenar un nuevo juicio. Por eso la pregunta que está sin responder sobre Gonzalo Gambero es: ¿Volverán a juzgarlo?

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