50 años de una construcción mágica

Por Franco Gatica

50 años de una construcción mágica

Es 1971. Roberto Menescal, guitarrista y compositor, es el responsable artístico de Phillips. El estudio cuenta con una consola de cuatro canales, una novedad para los operadores brasileños. Se disponen las cosas para realizar una grabación compleja. Más de 60 personas intervienen en lo estrictamente musical, entre instrumentistas y vocalistas. 

Los audios de los distintos canales son compaginados. Voz, guitarra, coros, los elementos de la orquesta: una producción costosa de por sí, para un artista que retornaba a Brasil después de una temporada en Italia. Entonces, se procede a realizar la mezcla de la canción. El resultado final satisface, es aprobado. 

«Cuando la canción estaba terminada, alguien, ya no recuerdo quién, apretó el botón equivocado y toda la grabación se borró. No sabía qué hacer. Por un momento pensé que el disco no saldría”, contó Menescal a BBC Brasil.

Medio siglo de Construção de Chico Buarque de Hollanda (1947), el disco que contiene su canción homónima, de impronta cubista, que tanto agrada a intérpretes y público en general, versión tras versión. A Menescal no le quedó más salida que contratar nuevamente a todos los músicos, utilizar otra jornada de estudio, quitarle parte de presupuesto a otros proyectos.

No me sentí un músico verdadero hasta ese disco”, dijo el autor. Buarque ya era popular en 1970, sí. No tenía más de 25, 26 años y era realmente famoso en el inmenso Brasil reunido alrededor de la TV por aire.

Aunque lejos estaba de vender el volumen de Roberto Carlos. Las tiradas de sus cuatro discos anteriores no superaban las 30, 40 mil copias. Construção, impulsado por la pauta que Phillips colocaba en algunas radios para promover el disco, logró vender 140 mil copias durante el primer mes. 

Creo que fue el primer disco donde me sentí un profesional”. 

Los versos de catorce sílabas terminan en esdrújulas. La cadencia de la canción propone una marcha ascendente, un final: en su automatismo, abrumado por cierto cansancio y rutina, el obrero de la construcción descubre que no hay nada especial guardado para él, las paredes que levanta no serán suyas, quizá nadie finalmente note su ausencia.

Con esa lucidez etílica, el albañil muere a contramano, en la jornada del sábado, en un clímax de ópera. El dato: el muerto entorpece el tránsito.

E tropeçou no céu como se fosse um bêbado/ E flutuou no ar como se fosse um pássaro.” 

Presente en las causas públicas que lo convocan, Buarque decidió celebrar sus 77 años en la calle, participando el 19 de junio pasado en las marchas contra el gobierno de Jair Bolsonaro. Ese día, Brasil alcanzaba el registro de las 500.000 muertes por coronavirus. Una construcción, ladrido por ladrillo.

El objetivo del arte no es la descarga momentánea de una secreción de adrenalina, sino la construcción paciente, a lo largo de toda una vida, de un estado de quietud y de fascinación”. La idea de Glenn Gould que el escritor Emmanuel Carrère retoma una y otra vez en Yoga”. Creo que colocada aquí la frase también tiene sentido.

As cidades

Ladrillo por ladrillo. El diseño fue revelándose mágico. El milagro económico brasileño propició una competencia entre sus metrópolis: las capitales estaduales entraron en una carrera por la edificación, en altura, como marca de progreso. 

Prosperidad, modernidad, migración interna. El albañil de Construção bien podría haber trabajado en Brasilia. La capital actual se inauguró en 1960, levantada por obreros que llegaban de todas las regiones de la nación, quizá un caso único. 

Para alimentar esa demanda, el trabajador del sertão se muda hacia los centros y es posible suponer, en las veredas de los botecos, esa imagen que Buarque congela en uno de los versos: Comeu feijão com arroz como se fosse um príncipe”.

Aficionado a la bohemia, Buarque suele decir que le gusta rondar por los bodegones, jugar al billar, escuchar episódicamente las conversaciones de la gente en la calle. En sus discos siempre hay referencias cartográficas: el diseño del álbum Carioca (2006) reúne distintos tramos urbanos de Rio de Janeiro. En la tapa, una porción de la ciudad está sobreimpresa en el rostro del artista. 

El documental Chico e as cidades” (2001) retrata ese aire cosmopolita. El director José Henrique Fonseca sigue a Buarque en su gira por algunas capitales del mundo. Al comienzo, mientras da una caminata matinal por la playa de Ipanema, con el morro Dois Irmãos de fondo, dice: Mi música es urbana. Yo me formé escuchando samba de morro. Después la bossa nova, que es samba de la vera del mar”. En ese mismo trecho, comenta que adora caminar por las ciudades, especialmente por la playa en Rio; es así como resuelve letras, novelas, músicas. Caminar y trabajar.

Se lo ve salir del hotel en Recoleta, caminar muy liviano por la ciudad de Buenos Aires. En procura de la obra completa de Borges, entra a una librería porteña. Queda descolocado ante el trato del vendedor, que uno podría calificar hostil y amargo de no conocer el sistema de relacionamiento porteño. La escena es graciosa y el vendedor en principio parece no saber quién es Chico Buarque. Aunque en realidad la impresión final es que el vendedor sí sabe quién es el cliente y, por ello, no piensa destinarle un trato preferencial. El vendedor no se considera menos que nadie. El documental puede verse en Youtube.

…la construcción paciente, a lo largo de toda una vida, de un estado de quietud y de fascinación”.

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