Antonio Skármeta, las historias y el cine

Por Emilia Racciatti

Antonio Skármeta, las historias y el cine

Hace un par de años, una nueva versión de «Ardiente paciencia», la historia del vínculo que se gesta entre el poeta Pablo Neruda y su cartero llegó a Netflix de la mano del director Rodrigo Sepúlveda. Su autor, el chileno Antonio Skármeta, es un escritor que tiene un vínculo sólido y sostenido con el cine, ya que no sólo ejerció como guionista y director, sino que también otras de sus ficciones inspiraron películas memorables para la tradición literaria latinoamericana, como «No», de Pablo Larraín, y «El baile de la victoria», de Fernando Trueba.

«Me dediqué a escribir guiones para cine en Alemania. El cine es una posibilidad de llegar a un público mayor y, sobre todo en Europ,a para sensibilizar a ese público de los problemas de mi país y de América Latina», dijo el escritor, nacido en la ciudad portuaria de Antofagasta en 1940.

Primero como película -en 1985- con Skármeta a cargo de la dirección y del guion en el que adaptaba lo que era una novela inédita, y después como libro, «Ardiente paciencia» fue traducida a más de 25 idiomas y demuestra que esa historia ambientada en los años 60 en Isla Negra sigue generando ecos en el presente, aunque las cartas hoy casi no sean una forma de comunicación y las formas de conquistas amorosas se encaucen vía redes sociales o aplicaciones dedicadas a tal fin.

Para algunos puede ser la historia de amor entre la joven mesera Beatriz Russo y Mario Jiménez, quien un día decide dejar de trabajar como pescador, como su padre, y convertirse en cartero. Esa decisión lo llevará a ser un hombre clave en el día a día de Neruda, primero sólo con la entrega de su correspondencia y pocas palabras; pero, después, con un diálogo que se va profundizando y a través del cual va encontrando sus ganas de escribir e incursionar en la poesía.

Skármeta, Premio Nacional de Literatura en 2014, alcanzó en 1994 el reconocimiento internacional con la adaptación que hizo al cine el británico Michael Radford, bajo el nombre de «Il Postino», y con el traslado de la historia a las tierras italianas y a los años 50. Con Philippe Noiret en el rol del reconocido poeta, Massimo Troisi como Mario, y Maria Grazia Cucinotta como Beatriz. El éxito incluyó la obtención de más de 25 premios internacionales, como el Cóndor de Plata a la mejor película extranjera, y cinco nominaciones al Óscar, incluyendo a mejor película, convirtiéndola en la quinta de habla no inglesa (y la primera película italiana) en conseguir dicha nominación.

Debido al éxito de la película, la novela fue reeditada como «El cartero de Neruda», y tan sólo mantuvo una línea aclaratoria abajo que indicaba que se trataba de «Ardiente paciencia». Casi 30 años después de ese éxito, el cineasta Sepúlveda la retomó con el título inicial y Netflix la ubicó, cuando su incorporación a la red, entre las más vistas. Además se trató de la primera producción íntegramente chilena realizada por la plataforma.

¿Qué pasó en la Argentina con este libro? Llegó a tener seis ediciones desde su primera publicación, en la década del 90, y sumó más de 11.000 ejemplares vendidos. Actualmente en las librerías se puede encontrar una edición especial del sello Lumen, con ilustraciones de la diseñadora e ilustradora Raquel Echenique. A su vez, ya titulada como «El cartero de Neruda», la novela se puede leer como e-book y como audiolibro, y sólo en alguna librería de ejemplares antiguos o alguna lectora o lector puede tener la versión original de tapa blanda con este título y la imagen de Maria Grazia Cucinotta y Massimo Troisi, los actores de «Il Postino».

«Antes de que fuera llevada al cine como ‘Il Postino’ había hecho su carrera, tenía visibilidad, estaba traducida a 15 idiomas, tenía un abundante aparato crítico detrás, se enseñaba en los colegios, en las universidades, de manera que estaba bastante satisfecho con esa situación. Con la película se produjo una quintuplicación del efecto, el libro pasó a ser traducido a 25 idiomas y se me produjo un conflicto, al no poder responder a tantos lectores emocionados con esa historia», reconoció el narrador.

Egresado de la carrera de Filosofía de la Universidad de Chile, Skármeta obtuvo en 1964 una beca para realizar su posgrado en Estados Unidos; al regresar a su país comenzó a trabajar como director de teatro en el Conjunto Artístico del Instituto Pedagógico, y se convirtió en profesor de Filosofía y Literatura. La dictadura de Pinochet, hace ahora 50 años, lo llevó al exilio en Alemania, pero antes estuvo un año en Argentina, donde también había llegado a vivir en su infancia. Instalado en Alemania se abocó a los guiones de cine y desarrolló ese oficio como una de sus principales formas de armar un sueldo.

El regreso a Chile se produjo en 1989, donde coordinó talleres literarios e impulsó varios programas de televisión sobre literatura, como «El show de los libros», que después fue rebautizado como «La torre de papel», y, más tarde, durante el gobierno de Ricardo Lagos, asumió como embajador en Alemania.

Finalizada esa experiencia volvió a la literatura con «El baile de la victoria», una historia sobre la amistad, el delito y el amor, situada en Chile, y por la que, en 2003, fue galardonado con el Premio Planeta. Esa novela llegó al cine por impulso del español Fernando Trueba, quien la rodó en Chile y tuvo a Ricardo Darín como uno de los protagonistas.

En 2011 volvió a ganar el mismo premio por «Los días del arcoíris», una ficción que transcurre en los tiempos que rodearon al plebiscito nacional de 1988 en Chile, y que abrió paso a la democracia tras la dictadura pinochetista. Los responsables de esa campaña utilizaron la idea del «No» y terminaron desplazando a Pinochet del poder; en ese aspecto basó su novela.

Ese momento histórico lo llevó a una obra de teatro, «El plebiscito», que también tuvo su versión cinematográfica a cargo de Pablo Larraín, bajo el título de «No», con Gael García Bernal como protagonista. La película alcanzó a llegar también al Oscar, como candidata a mejor película extranjera, en 2013, convirtiéndose en la primera chilena candidata a ese reconocimiento.

Autor de una obra extensa, con títulos como «No pasó nada», «Libertad de movimiento» y «La boda del poeta»; y con una cantidad de lectores en distintas partes del mundo, Skármeta no es sólo el autor de «El cartero de Neruda», pero mucha de esa popularidad está anclada en esa historia que primero pensó como película, después dejó en manos de otro director, luego la convirtió en novela y, varias décadas después de esa idea inicial, sigue convocando lectores y espectadores.

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