Guillermo del Toro lanza una escuela de stop motion para preservar el arte hecho a mano

La escuela nace como un espacio para formar nuevos animadores y mantener viva la tradición del cine artesanal, justo cuando la inteligencia artificial comienza a transformar la industria creativa.

Guillermo del Toro lanza una escuela de stop motion para preservar el arte hecho a mano

Guillermo del toro junto a una de las figuras de la película "Pinocho".

El ganador del Óscar anunció la creación de una escuela dedicada exclusivamente al “stop motion”, la histórica técnica de animación que consiste en simular movimiento a partir de fotogramas sucesivos de objetos estáticos.

Durante la presentación en París, Del Toro destacó que «los nombres importantes del ‘stop motion’ tienen todos más de 50 años» y que la técnica, pese a estar al borde de la extinción, sigue siendo sostenida por “personas un poco locas… un pequeño culto con gente muy devota”. El cineasta recordó su experiencia en Pinocho (2022), donde utilizó este método, y defendió su valor frente a la inteligencia artificial: «En una época en la que la IA puede infiltrarse en cualquier otra forma de animación, [este arte] está protegido. Eso es realmente bueno«.

En una era marcada por la irrupción de la inteligencia artificial en los procesos creativos, el cineasta mexicano Guillermo del Toro decidió redoblar su apuesta por lo artesanal.

El proyecto cuenta con el respaldo de Netflix y la reconocida “École de l’image Gobelins” de París, y busca formar a nuevas generaciones de animadores mientras preserva el espíritu manual del séptimo arte. Más que una propuesta académica, se trata de una declaración de principios en defensa del trabajo hecho con las manos y la imaginación.

Desde el éxito de “Pinocho” (2022), realizada íntegramente en stop motion, Del Toro se ha convertido en uno de los mayores defensores de la animación tradicional. La película no solo fue un triunfo artístico y técnico —ganando el Óscar a Mejor Película Animada— sino también una reivindicación de que la emoción humana no puede ser reemplazada por algoritmos.

“Es hora de construir, no destruir”, ha dicho en más de una ocasión el director. Con esta nueva escuela, su frase se materializa en un espacio de formación que busca resistir la automatización creciente de los procesos creativos y poner en valor el tiempo, la dedicación y la sensibilidad que hay detrás de cada obra artesanal.

La iniciativa llega en un contexto donde la inteligencia artificial amenaza con redefinir la producción artística. Frente a esa tendencia, Del Toro propone un contrapeso, un lugar para aprender a narrar desde lo tangible, a construir mundos con paciencia y a mantener viva la «tradición del cine con alma».

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