«El pasado es una excusa para el silencio»: entrevista a Sergio Gaiteri

Por David Voloj

"El pasado es una excusa para el silencio": entrevista a Sergio Gaiteri

Tus amigos quieren que vuelvas, la última novela de Sergio Gaiteri, condensa en el título varios de los temas en los que se explorarán a lo largo de las páginas. La necesidad de escapar de una vida que se ha vuelto asfixiante, la imposibilidad de cortar lazos con el pasado, la amistad, el deseo y sus límites: de todo esto habla el libro o, mejor dicho, lo muestra, lo exhibe sin la necesidad de brindar respuestas a los interrogantes que agobian a los personajes.

Pero la novela también genera un efecto de cercanía, de cierta intimidad. Escrita con una prosa desprovista de ornamentos, la narración fluye como la voz de un amigo que relata un fragmento de su vida y apela a nuestra capacidad de leer entre líneas, de interpretar los silencios. Por eso, al llegar al final se hace difícil no volver a empezar la lectura o rastrear en otros libros de Gaiteri esas preocupaciones en torno a la convivencia, la soledad, la incomprensión y la existencia, en una especie de diálogo sin fin.

La trama de Tus amigos quieren que vuelvas gira en torno a Luis y Mara, una pareja que deja la ciudad de Córdoba para instalarse en una casa familiar en Valle Hermoso. Migrar a las sierras y empezar una vida nueva se presenta como una opción que en realidad es una necesidad: la necesidad de escapar. Alejarse de los problemas supone, para ambos, una ruptura con los vínculos, con los conocidos, con los afectos. Pero los problemas no desaparecen con la distancia, y se presentan otros.

La novela hace foco en la vida serrana pero, a diferencia de lo que ocurre en el imaginario colectivo, muestra un clima hostil, por momentos asfixiante.

Sergio Gaiteri: En muchos aspectos, a partir de la lógica del relato, aparece esta deconstrucción o, llamémosle, desromantización de ciertos paradigmas. El “paisaje” es uno de ellos. El choque de estilos de vida, la fricción entre individuos y grupos, incluso desconocidos entre sí, es la constante más firme. Ninguna vista idílica, ni el aire más puro parecieran mitigar los comportamientos misantrópicos.

Incluso se puede leer que los personajes se rebelan contra los mandatos sociales. Pienso en Mara, por ejemplo, que subvierte el estereotipo de madre.

SG: Es parte de esa desromantización que atraviesa el relato: ese rol de la mujer en relación al hijo, sí. Una mujer, al igual que un hombre, puede abandonar su hijo si así le parece. El desafío narrativo era “naturalizar” esa “distorsión”, volver plausible, real, humano ese acto singular; siempre sin juzgar al personaje, en todo caso permitiendo que el propio personaje tramite y enfrente el desafío de su decisión.

En ese enfrentamiento contra las propias decisiones, la pareja evita hablar de los problemas personales, del pasado. Y la falta de comunicación parece ser la condición para sostener un vínculo estable.

SG: El pasado es algo para ocultar y así lo hacen Mara y Luis mientras pueden; y en varios momentos de la historia, también, simplemente, el pasado es una excusa para el silencio.

Lo que parece inevitable es estar en pareja, aunque la pareja no esté romantizada.

SG: Es cierto. Pero acá revelo una de los principios compositivos con el cual trabajo desde mis primeros textos: en la convivencia aparecen necesariamente los tipos de conflictos que me interesa relatar; hay algo ahí, en esa persistencia, en esa búsqueda de lo gregario que habilita ciertas particularidades, ciertos detalles del mundo en el que vivimos.

La amistad es un vínculo que ya aparece sugerido, no sin cierta ironía, en el título de la novela. Y los únicos amigos que aparecen en la trama son sociables, extrovertidos, arriesgados, muy distintos a Luis y Mara. ¿Solo se puede ser amigo de alguien diferente?

SG: No lo sé. Supongo que la novela plantea esa pregunta, entre otras tantas. Y como sucede con la escritura, yo particularmente no logré ninguna respuesta válida. Diría que al contrario.

La ficción en el límite

Hace más de una década que Gaiteri vive en un pequeño pueblo del Valle de Punilla. Y como Luis, el protagonista de Tus amigos quieren que vuelvas, es docente de nivel medio y viaja un par de días por semana a Córdoba para dictar clases.

Lejos de ser una situación excepcional, resulta cada vez resulta más frecuente anclar en las afueras, en alguno de esos sitios que en otra época eran una opción turística y hoy funcionan como barrios alejados para quienes trabajan en la ciudad.

¿Modificó tu escritura el hecho vivir en las sierras?

SG: Seguramente. Creo que alguien que escribe debe estar permeable no solo al pasado, lo más fuerte, lo ineludible, sino también a la experiencia sensible inmediata. De cualquier modo, repasando los últimos relatos, en mayor o menor medida las sierras representan para mis personajes una vía de escape de la ciudad de Córdoba. En Tus amigos quieren que vuelvas esta cuestión es primordial, ya que es una historia sobre la huida, sobre las posibilidades y los límites de la huida.

La docencia reaparece en tu narrativa a través de Luis, que es profesor de historia y habla del trabajo con cierto tedio. Incluso celebra cada vez que se suspenden las clases.

SG: Es mi hábitat natural. Tomo algunos aspectos del tipo de trabajo que supone ser docente. El aburrimiento es uno de los más sobresalientes en ese universo laboral. Y en este caso, eso, el aburrimiento, junto con los viajes a la capital y los trastornos que provocan esos traslados, aporta a la configuración del estado de ánimo del personaje.

Esa situación casi especular entre el personaje y el autor, ¿no está al límite de la autoficción, de la literatura del yo?

SG: La ficción trabaja y, muchas veces, también trata sobre ese límite. Incluso es su tema. Y es un problema esa -relativamente nueva y vinculada a cierto egocentrismo -categoría de literatura del yo, puesto que conlleva una simplificación, una reducción. La narrativa siempre supuso alguna mayor o menor tensión entre la materia personal del escritor o la escritora y el potencial imaginativo; esta tensión es un pacto y una condición del carácter ficcional. Esta categoría de literatura del yo vuelca el fiel de la balanza hacia un solo lado en desmedro o borramiento del otro extremo, con lo cual se pierde, por consiguiente, lo lúdico, lo incisivo, la crueldad, lo incorrecto, lo más oscuro del ser humano.

Tus amigos quieren que vuelvas (Alto Pogo, 2022) se presenta este jueves 25 en Storni Bar Cultura (Duarte Quirós 66), a las 20hs., con entrada libre. El autor hará una lectura acompañado del pianista Mariano Vélez.

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