Esos viejos formatos nuevos

Por Laureano Cantarutti

Esos viejos formatos nuevos

En 1979 un invento revolucionó la forma de escuchar música: aparecía el primer Sony Walkman en el mercado, brindando la oportunidad de llevar tu música fuera de la sala del living hacia el exterior. El primer modelo contaba con dos entradas para auriculares, porque estaba pensado para compartir la escucha con otra persona, e incluso contaba con un micrófono incorporado para que, al presionar un botón amarillo, pudieras hablar con la otra persona sin tener que sacarte los auriculares. Esa funcionalidad solamente estuvo presente en el primer modelo, ya que, al observar que las personas preferían escuchar de manera individual en vez de compartida, decidieron quitarla en los modelos siguientes.

Este invento revolucionó la manera de escuchar y compartir música, utilizando el cassette como vía primaria.

Con el paso del tiempo se incorporó la función de radio, y la aparición de los cassettes vírgenes permitía armar nuestra propia “playlist”, grabando temas de la radio, mayormente interrumpidos por la voz de la persona locutora o el nombre de la emisora radial en el medio del tema.

Algunos recordarán que para no gastar la pila del walkman era de suma necesidad contar con una lapicera Bic, que, curiosamente, encajaba a la perfección dentro del carretel de cinta.

Entre medio, otros formatos le sucedieron, algunos muy exitosos, como el CD, y otros con poca popularidad por su elevado precio, como los reproductores de Mini Disc.

Allá por el año 1995, la invención del formato MP3 volvió al revolucionar nuestra experiencia auditiva: ya no era necesario cargar con cassettes o CD de cada artista, sino que se podía descargar de Internet la música y escucharla en un reproductor portátil, mucho más pequeño y con capacidad de almacenamiento.

Y con el continuo avance, los temas grabados de la radio fueron reemplazados por las “playlists” que uno puede crear en proveedores de música online.

Hoy, estas funcionalidades están condensadas en nuestro smartphone, lo que hace llamativo el anuncio que realizó la empresa Sony hace algunas semanas, al lanzar al mercado la nueva serie Walkman NW-ZX700.

Focalizado en una experiencia sonora para las personas más exigentes, es un dispositivo similar a un celular, pero que no cuenta con ranura para el chip (SIM card) ni con cámara.

Utiliza sistema Android, y los componentes usados en su fabricación son de alta gama, así como lo es su valor (alrededor de los 800 dólares).

Otra cuestión importante de mencionar es que, si bien posee conectividad Bluetooth, cuenta con dos salidas para auriculares (para ficha stereo mini y para balanceada estándar), botones al costado para poner play/pausa, subir/bajar el volumen y cambiar de canción, entre otras. Actualmente, los smartphones han comenzado a producirse sin salida para auriculares y los controles suelen ser más táctiles que analógicos.

La música se puede cargar conectando el dispositivo a la computadora, pero también se pueden utilizar los servicios musicales como Spotify, YouTube, etc. Y cuenta con una funcionalidad que permite cambiar la imagen de reproducción como si fuera un cassette.

Pienso que llega un momento en el que la tecnología, como si fuera un péndulo, vuelve al punto de partida, a su origen, para luego reinvertarse o remixarse. Los cassettes, CDs y discos de vinilos han vuelto a ser vendidos desde hace algunos años, ya sea como objetos de culto o para redescubrir cómo se escuchaba música antes del rápido avance tecnológico.

Este lanzamiento de Sony es una manera de volver a ese punto, en donde la escucha era un lugar íntimo y sagrado, en donde no se veía interrumpida por las continuas notificaciones que hoy configuran nuestro día a día, y -aunque deberíamos desconectarnos de tanto en tanto- cada vez nos vemos más inmersos en ella en un rol pasivo.

El acto de escuchar música era complejo: requería contar con los equipos adecuados y exigía nuestra voluntad y compromiso para presionar el botón de Play, rebobinar/avanzar, cambiar de álbum y hasta inclusive las pilas. Y si lo relacionamos con la serie Severance, creo que es una forma de desconectarnos del yo actual (“dentris”) para sumergirnos en ese lado que vamos a perdiendo o desconocemos, que es el de la voluntad de elegir qué escuchar y sin interrupciones digitales (“fueris”).

Salir de la versión móvil