El humor cordobés es mucho más que una simple forma de entretenimiento. Es una manifestación profunda de la identidad, la historia y la cultura de la provincia. Esta forma de humor se caracteriza por su estilo particular y una sensibilidad que refleja la forma de ser y de vivir de sus habitantes, quienes supieron transmitir a través de generaciones un sentido de humor auténtico, lleno de picardía.
Una de las principales características del humor cordobés es la sinceridad y espontaneidad. Los cordobeses suelen expresarse de manera directa, sin rodeos ni dobleces, lo que hace que sus chistes y anécdotas tengan un tono genuino y natural. Esta viveza se refleja en la rapidez mental y la chispa que poseen, cualidades que se traducen en un humor que surge de la viveza del día a día y que muchas veces sorprende por su agudeza y sencillez.
El uso del lenguaje es otro aspecto distintivo del humor cordobés. Los modismos y el acento aportan un carácter único a los chistes, anécdotas y dichos que circulan entre la gente y trascienden los límites de la provincia. La forma en que los cordobeses hablan, con su particular entonación y expresiones típicas como el alargamiento de la “i” al final de algunas palabras o el uso de diminutivos de manera constante, confiere autenticidad y un toque de color local a sus expresiones humorísticas. Este uso del lenguaje también ayuda a reforzar la identidad cultural, haciendo que el humor sea no solo una forma de divertir sino también de reafirmar su pertenencia a la comunidad.
El humor basado en la vida cotidiana es quizás uno de los rasgos más característicos del humor cordobés. Muchas de sus historias y chistes giran en torno a situaciones comunes, personajes típicos y costumbres. La manera en que los cordobeses enfrentan los desafíos diarios, sus propias historias y anécdotas, se convierten en material para el humor popular. Esto permite que el humor sea accesible y cercano, reflejando la realidad de la gente y sus experiencias más profundas.
Muchas expresiones, dichos, chistes y anécdotas se transmitieron oralmente a lo largo del tiempo, formando parte de la memoria colectiva de Córdoba. Este patrimonio cultural no solo refleja la historia y las costumbres locales, sino que también fortalece los lazos de identidad y pertenencia entre sus habitantes.
Hablan los humoristas
Nardo Escanilla es uno de los referentes actuales del humor cordobés y levanta esa bandera desde hace varios años. Su humor fue cambiando con los tiempos y tuvo la capacidad para amoldarse a lo que el público pide por estos días: Yo soy de los que defiende el cambio en el humor, lo defiendo como a nivel social y cultural y lo defiendo a nivel personal, artístico, profesional. A mí no me gusta el humor fácil, no me gusta que me sea fácil y no me gusta que a nadie le sea fácil el humor. Para mí el humor tiene que ser algo que demande esfuerzo, si no, nos caemos, nos golpeamos, cuando nos paramos nos pegamos una cachetada y ya está, hacemos reír. Cada vez que hago una nota, cada vez que alguien me habla o me dice que hoy no se puede hacer humor con nada, yo digo no, se puede hacer humor con todo. Lo que pasa es que si uno está acostumbrado a que el humor sea denigrar a la mujer, denigrar al puto, denigrar al negro, denigrar al pobre, denigrar al gallego, denigrar al chileno, denigrar, denigrar, denigrar, entonces sí, te puedo decir que no se si no se puede hacer humor con nada, pero que te va a resultar mucho más difícil. No quiero decir que no pase, pero no es la tendencia, no es común ahora poder salir y pegarle a cualquiera. Hay que entender el contexto también. Yo no juzgo el humor viejo. Aparte, empecé con ese humor. Yo tengo cosas de cuando arranqué que hoy digo no podría hacer esto. Yo no lo haría, no me gusta, no estoy de acuerdo”, cuenta Nardo.
“Me gusta que las cosas se vayan renovando, que se vayan complejizando, que no sea tan sencillo, que demande el esfuerzo. Y no juzgo, insisto, porque por ahí te dicen, no, no podemos juzgar a los de antes porque era distinto. Bueno, también estaba mal que el humor fuera solamente la suegra, la mujer, el puto y todo eso. Pero no se puede juzgar al que ejercía el humor de esa forma, porque era lo que funcionaba, culturalmente nos habíamos criado así, y los que hacían ese humor también se habían criado así. No juzgo a la gente, sí al que se enoja. Conozco humoristas que dicen “ahora no se puede hacer humor porque se ofenden por cualquier cosa”. Bueno, eso es porque no te actualizaste. Hay toda una sociedad pidiendo que no se haga más aquel humor denigrante o burlista. Por eso yo estoy contento con eso, con los cambios. ¿Es más difícil? Sí. ¿Hay que pensar más? Sí. Bueno, son dos cosas que por lo menos a mí me gustan y creo que a la gente que consume humor cada vez le gusta más que el humor sea más difícil, más pensado o al menos más original”, sostiene Nardo, quien conduce junto a Joel Rossi ´Dejaron todo tirado´ (de lunes a jueves de 14.45 a 16 por el El Doce en Youtube).
“Creo que el humor de Córdoba es, fue, lo que es, y lo que fue, porque es el humor de la autodefensa. Tiene que ver con el humor del interior y parece que los tucumanos son bastante parecidos. El cordobés se ´autobulinea´. Es muy difícil que a un cordobés pelado, por ejemplo, lo puedas ´bulinear´ antes que se ´bulinee´ solo. Vos le haces un chiste a un narigón y el narigón te va a contestar con 15 chistes sobre su nariz. Entonces, es la velocidad del cordobés. Yo siempre digo que los mejores humoristas no están en los escenarios, ni en las redes, ni en la tele, ni en la radio. Los mejores humoristas de Córdoba están en la verdulería, en el taxi, en la cancha, una cantera de humor cordobés. Creo que pasa en todos lados, pero el cordobés es tan veloz que capaz que en otro lado te tiran un chiste sobre una situación, el cordobés ya tiró siete, se potencia y tres cordobeses que están alrededor tiran tres más y no para nunca. Los tucumanos han tomado una posta bastante interesante del humor y muy parecido al nuestro. Nos entendemos mucho con el humor tucumano, que encaja perfectamente con el cordobés. Pero sí, es muy difícil llegar al nivel del humor cordobés en cuanto a la velocidad, la espontaneidad, el absurdo y el pesimismo que maneja el cordobés. Esto hace que seamos una sociedad de un humor muy difícil de superar. Porque cuando vos te reís de vos primero antes que reírte de los demás, listo. Es muy difícil que te saquen de ahí, que te puedan sacar el trono”, cierra Nardo.
Humor y Redes
May Pérez, influencer, con mucha presencia en Facebook, Instagram y TikTok, también respondió al llamado de Hoy Día Córdoba para hablar del humor, lo que fue y lo que es: El humor clásico para mi es el que no pasa de moda y perdura en el tiempo, pero la gente tiene que encontrar el humor donde nadie lo ve porque el humor que ayer se hacía hoy atrasa. Hay ciertos límites que hay que respetar. Por ejemplo, antes el humor era muy burlista. Hoy, el humor trata de acontecimientos actuales y se basa mucho en el momento actual, en una situación que paso alguien en la realidad. Por ejemplo mi “VA Y VOLVÉ” es para muchas amigas, personas cercanas que han ido y vuelto. han ido y vuelto jaja
Respecto a la redes, May es consciente del alcance y su utilidad para hacer humor: Las redes sociales se usan mucho. Las redes son clave en el humor que hago, porque como dije anteriormente yo manejo el humor real, situaciones que me pasaron a mí o conocidos, en la vida diaria, los niños, la casa, el marido, los perros y los gatos, la limpieza, las amistades falsas, y todas esas cosas que nos pasan todos los días y a cada rato.
La mirada de Camilo
“En mi caso personal, nunca manejé ese tipo de humor, ya que soy una generación bisagra, que se crío entre cuestiones humorísticas que ya no causan gracia, y las nuevas formas de hacer humor de hoy. Yo sostengo que el error es medir con la vara de hoy, lo que sucedía antes. Me crié viendo a Porcel y Olmedo con mi viejo, crecí viendo Showmatch, y en esos tiempos ese tipo de humor estaba avalado por la sociedad. Hoy, esa misma sociedad evolucionó en un montón de cuestiones al momento de hacer humor y hay cosas que ya no se aceptan, como hacer humor con la condición sexual de alguien o algún defecto físico, salvo que sea autorreferencial. Siempre doy este ejemplo, si te recibís de abogado, y queres ser abogado penalista, y no tocas el código penal en 10 años, seguramente no seas un buen abogado penalista. En el humor es lo mismo, si no evolucionas en el humor junto a los avances que ha hecho la sociedad, seguramente no serás un buen humorista”, sostiene Camilo Nicolás, el humorista que se reparte entre los escenarios y las redes sociales.
En resumen, el humor cordobés, con su carácter auténtico, espontáneo y lleno de picardía, representa mucho más que una simple forma de entretenimiento. Es un reflejo vivo de la identidad y la historia de su gente. Su rapidez, su uso particular del lenguaje y su capacidad para transformar las situaciones cotidianas en risas, consolidan una cultura humorística que perdura en el tiempo y que se adapta a los cambios sociales sin perder su esencia.
Los humoristas y la comunidad en general reconocen que, aunque los estilos evolucionan y los límites del humor se redefinen, la capacidad de reírse de uno mismo y de la vida diaria sigue siendo el sello distintivo del humor cordobés. Este patrimonio cultural, transmitido de generación en generación, fortalece los lazos de pertenencia y orgullo de una provincia que, con su humor único, continúa dejando huella en el escenario nacional e internacional. Sin duda, el humor de Córdoba sigue siendo un espejo de su alma, una forma de autodefensa y de celebración de su identidad que seguirá viente por mucho tiempo.
Como suelen decir afuera, en el resto de las provincias, el cordobés no se anda con rodeos y siempre responde con un chiste a la altura: “¿Sabés por qué los cordobeses no usan reloj? Porque el tiempo se mide con la rapidez de su humor y la agilidad de su lengua”. Es que en Córdoba, reírse de uno mismo y de la vida cotidiana es un arte que se transmite de generación en generación, fortaleciendo los lazos de pertenencia y orgullo en cada anécdota, en cada chiste al estilo “Córdoba”: directo, sincero y lleno de esa chispa que saben encender.