Luis (Rubén Gattino) es un compositor de música clásica, que está jubilado y vive sumido en la penumbra de sus pensamientos, rememorando con una radio el arte que lo acompañó durante toda su vida.
El protagonista de “Mañana tal vez” -la película dirigida y rodada en Córdoba por Florencia Wehbe- es viudo y nada lo conmueve excepto sentarse a escuchar música en programas nocturnos y acompañado de un teléfono a disco. En este marco, recibe la visita de su nieta Elena (Sol Zavala), que está estudiando composición musical -un punto que marca la admiración que tiene por su abuelo- y viene a pasar unos días junto a él, porque tiene que hacer un curso en Córdoba.
La mirada de Wehbe lleva una puesta política contundente, que revela dos mundos: la realidad de Luis, atravesada por el dolor de un exilio, las pérdidas afectivas, el paso del tiempo y el olvido de la sociedad, que reflejan una casa oscura y replegada; y la vida de Elena, que llega para romper la monotonía del hogar, poniendo en tensión el sistema de mundo de su abuelo, aunque con una sensibilidad particular, asumiendo que su tarea tendrá que ver con contener y alojar la soledad y la desesperanza que lo habita.
“Mañana tal vez” dialoga, de manera pausada y al detalle, con diferentes temáticas que marcaron y aún marcan la agenda política: la legalización del aborto, el destrato en todas sus formas a las personas mayores por parte del Estado, la idea de militancia como acto de resistencia, entre otras cuestiones relevantes.
En el devenir de la trama, además, entran en juego dos personajes que actúan de enlace y contrapunto: el tío de Elena (Beto Bernuez), y la vecina y amiga de Luis (Eva Bianco). Tanto uno como el otro acompañan el proceso taciturno de Luis; lo alientan a ver la vida de otra manera más allá de los avatares de la edad.
Aquí se plantea una paradoja: si bien Luis es muy reconocido en el ámbito de la música, a tal punto que desde Cultura quieren otorgarle un premio a su trayectoria, por el otro lado espera, sin demasiada motivación, el reintegro de sus medicamentos de parte de la obra social, como si el destrato burocrático formara parte de los últimos años en la vida de una persona.
Luis economiza las palabras para entablar conversación con su nieta, quien en un acto de puesta de límites y de amor, intentará torcer el destino que les espera.
Este vínculo que, a primera vista, podría aparejarse al argumento de la novela de Bioy Casares, “Diario de la guerra del cerdo”, en la cual se establece una guerra entre viejos y jóvenes, se tuerce a causa de la curiosidad y la devoción de Elena para con su abuelo, fortaleciendo la relación entre los dos.
La película está disponible en la plataforma Cine.ar Play de manera gratuita.