Marita Mata, la indisciplinada

Por Silvia Barei

Marita Mata, la indisciplinada

“Indisciplinada. Textos reunidos (1980-2022)”. Fundación Friedrich Elbert, Córdoba 2023.

 

¿Cómo se cuenta la historia de una vida? ¿Se cuenta como una historia lineal que incluye lo que el biógrafo, la mirada de los otros, considera relevante? ¿Como una autobiografía que recuerda, que deja “pasar por el corazón” aquello que más nos ha impactado de nuestras propias vidas? ¿Como una recopilación de lo que hemos dicho, hemos enseñado, hemos escrito? ¿Como una confesión de experiencias y de reconocimientos, pero también de imposibilidades y fracasos?

Una de las primeras autobiografías que se conocen pertenece a un escritor de Antioquia, llamado Libanio, quien escribe sus memorias como “oraciones” para ser leídas en voz alta. El texto se llama “Oración que comencé en 374”, es decir, a sus 60 años, porque, como dirá Benvenutto Cellini unos cuantos siglos después, nadie puede aventurarse en esa “espléndida empresa” antes de los 40 años. (Habría que avisarle a ciertos “influencers” del mundo de hoy, que aún tienen poca vida para contar, casi nada de experiencia aparte de la silla y la compu, escaso aprendizaje y pocas enseñanzas para dejar…) Caso contrario de lo que voy a referir aquí, en relación con el libro que acaba de publicar Marita Mata: “Indisciplinada. Textos reunidos (1980-2022)”, que es en gran medida una respuesta a las preguntas que hice al principio: cuenta la historia de una vida -referida por ella misma y por otros-, y recopila conferencias y textos académicos, que van configurando un mapa cronológico de su labor intelectual.

Es, además, un registro de sus afanes, sus inquietudes, sus preguntas, sus deseos, sus investigaciones en el campo de la comunicación popular en América Latina, porque somos, al decir de Marita “una constelación de momentos y seres que nos han constituido. Épocas, instituciones, suertes o desgracias que nos tocaron vivir… porque la producción intelectual no es ajena a la vida; muy por el contrario, tiene su sello”.

Y esa historia de vida se arma también con las palabras de Liliana Córdoba, discípula entrañable, que la ve como “un río de esos que convidan de su agua, de su orilla, de su andar”, y que ha ayudado a recopilar los textos, a agruparlos escribiendo cada una de las introducciones de los capítulos, y configurado un mapa intelectual, donde la idea de una Marita “indisciplinada”, a la vez que amorosa, ayuda a entender su apuesta a “in-disciplinar” los estudios de comunicación desde una “epistemología de la complejidad” y un “compromiso con la transformación social en un sentido emancipatorio”.

El eje de todos los trabajos es la reflexión sobre la comunicación popular -de manera particular las radios alternativas, sus retóricas, sus públicos, su relación con las culturas masivas y con el poder- basados en desarrollos teóricos imprescindibles para cualquier estudioso de la comunicación, e intercalados con experiencias de vida ligadas al campo de lo popular en muchos países de América Latina.

Me encanta, por ejemplo, esta historia: en una oportunidad invitan a Marita y a Alfredo Paiva (estando exiliados en Perú) a conocer la radio popular de Nahuala, en Guatemala. El pueblo organiza una fiesta de recepción con cohetes, marimbas y bailes en la calle porque la radio es “del pueblo”. Un anciano indígena les dice: “La radio es para nosotros conocer y hablar. Y también las visitas”. En este “todo es de todos” (porque en esa inclusión, ese diálogo, los sujetos construyen su identidad y sus formas de resistencia) basa Marita sus estudios de la comunicación popular, alternativa, participativa, comunitaria, tanto a nivel teórico como práctico, las discusiones metodológicas y sus propuestas para la investigación y docencia en Comunicación.

Todos los textos formulan “preguntas cruciales” a las que se da respuestas serias, que no evaden las tensiones; o preguntas para las que no se han encontrado respuestas. Hay que seguir investigando, hay que pasar las incertezas a los discípulos/as porque su inquietud encontrará vías para resolver estas preguntas:

“¿Qué podría significar estar presente o ausente en las radios populares? ¿Qué escuchan realmente los jóvenes? ¿Cuál es la dimensión política de las alternativas comunicacionales? ¿Cómo confrontar el espacio de los medios hegemónicos? ¿Cómo contribuyen las radios a construir articulaciones sociales? ¿Quiénes son interpelados, llamados a participar como pobres, extranjeros, trabajadores explotados, como grupos subalternizados económica y culturalmente? ¿Dónde queda, en la escena mediática, la tensión entre públicos y ciudadanos, y cómo somos ciudadanos en los Medios? ¿Cómo se inserta la palabra de las mujeres en las radios populares?”.

Discusiones, perspectivas, emergencias, desafíos, dilemas, propuestas para cambiar las agendas, pistas para la reflexión o para transformar la información en acción como se analiza con los casos de las Madres de Barrio Ituzaingó, y de H.I.J.O.S.

Respuestas para las que vienen en auxilio los grandes estudiosos de la comunicación en América Latina y a los que se cita con el respeto por sus saberes y el afecto por haberlos encontrado en el camino: Jesús Martín Barbero -el más citado y el más querido-, Sergio Caletti, Toto Schmucler, Renato Ortiz, Mabel Piccini, Armand y Michèle Mattelart, Eliseo Verón, Néstor García Canclini, Rossana Reguillo, Hugo Quiroga, Omar Rincón…

Este libro da cuenta de cómo Marita Mata ha pensado, sentido e investigado durante muchos años, y nos trae reflexiones certeras y no por ello acabadas sobre medios y conflictos sociales, hegemonías, formas de participación ciudadana, comunicación política, disputas por el poder. Nos dirá Marita indisciplinadamente: “Habrá que seguir paso a paso estos emergentes. Mirar de cerca sus derivas para constatar de qué manera la incomodidad da pie a la innovación cuestionadora, o, por el contrario, se resuelve en ajustes que permiten otra vez, acomodarse a lo mullido”.

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