Una aproximación a los husos del no

Por Diego L. García

Una aproximación a los husos del no

Acerca de “Los husos del no” de Ricardo Ruiz (Barnacle, 2022)

La primera parte del libro comienza con una cita de Emily Dickinson: “No es la palabra más salvaje que consignamos al lenguaje”. La frase corresponde a una carta que la autora estadounidense le enviara a Otis Lord, su pretendiente, alrededor de 1878. La carta dice, contextualizando la cita: “¿No sabés que sos más feliz mientras yo callo y no converso, no sabés que No es la palabra más salvaje que consignamos al lenguaje? Sí, lo sabés, lo sabés todo”. Dickinson nunca aceptó la propuesta de casamiento de Otis. Él, bastante mayor que ella, murió seis años después.

“no / es el inicio / al borde / de lo real / su lente / orienta / la mano
(…) cuerpo / de la palabra / ardiente”

Así como lo fue para Dickinson, la palabra puede ser otra forma del cuerpo, otra instancia, otra consignación. Esta es una de las premisas que el poemario de Ricardo Ruiz plantea: los hilos traman el cuerpo, inabarcable, de la literatura. Pero ¿qué sería este concepto sin el salvajismo del lenguaje?

“amar / del no / el inicio / de todo camino / un sueño / que espera / de otras manos / un nombre”

El hilado de unas y otras manos, el tiempo y su tejido de voces. El amor, la potencia del silencio, del No. A diferencia del mundo de Dickinson, la saturación del Sí y del ruido hacen hoy al paisaje corriente. Sabemos, y como Otis, no queremos saber. Queremos escuchar un continuo de buenas noticias, corazones, caras felices; deseamos siempre la próxima carta. La que responda Sí, la que nunca llega.

La poesía es, en esencia, todo lo contrario. Trabaja con la suspensión perpetua de aquello (¿el sentido?) que no llega. Produce interferencias en el continuo, nos hace mejores en el silencio.

“debajo / de la sombra / de la lengua / talla una / y otra / en su hacer // veneno & remedio / detiene / la deriva / del azar”

El hiato en el que lector-autor tallan, hacen, prueban el phármakon de lo que confunde y lo que aclara a un mismo tiempo. Y en ese espacio, no sólo se pone a prueba un lenguaje a contramano del ruido, sino que se constituye a su vez una dialéctica con el fondo. La estructura social en lucha emerge:

“en las Provincias Unidas / en sus villas y tabernas / el negocio del aire / espeso como el recuerdo / de la peste de la guerra / el saqueo el esplendor de la crisis / y en sus barcos el virus del capital / hacia toda orilla del mundo”

El virus del capital enferma domesticando al lenguaje. Lo vuelve práctico, chato, útil para comerciar ideas en repetición que sólo sirven para sostener la rueda en marcha. No hay más tejido que el de lo estándar, una superficie plástica donde todo rebota por igual.

Para la contratapa escribí que “Husos del no” es un instrumento de indagación filosófica y no un objeto de representaciones. Esto nos lleva a pensar la literatura como intervención más que como exposición y, en un tiempo en que el Deseo (con mayúscula) es exhibirse, es ello un gesto de diferencia que termina por ofrecernos al texto antes que al autor. Nada menor. Porque para lograrlo hay que escribir también contra las propias expectativas, contra la pretensión de reconocimiento (que todos de algún modo tenemos), contra la felicidad de lo efímero. La poesía de Ruiz no está ahí; está en el campo de batalla haciendo su trabajo.

Cuando el ser humano aprendió el arte de tejer, desarrollando husos y ruecas rudimentarias desde el neolítico, unió en ese acto las manos del mundo. Los hilos de otros cuerpos, los cuerpos viajantes, las palabras al abrigo de lo artesanal y de la técnica. El trabajo con el lino, el cáñamo, el algodón, la lana, la seda es para la poesía que hoy nos reúne un trabajo con el No. Volver a lo salvaje, al asombro, a la maravilla, a la intuición. Mirar sin el lente de lo real, mirar desde lo ardiente y enlazar los sonidos en una melodía nueva. Como lo ha hecho Ricardo Ruiz en esta obra. Como lo haremos nosotros al atravesarla.


Acerca de Ricardo Ruiz (Buenos Aires, 1953)

Títulos: “Racimo”, Ediciones Kairós, 1980; “peces del aire”, inédito, 1980;

“Poemas”, edición del autor 1982; “otros cantos gallan”, Libros de Navegación,

1989; “tristes ruidos furias”, Libros de Tierra Firme, 1990 y “huesos de otros vientos”, Ediciones en Danza, 2015 y “husos del no”, Barnacle, 2022.

Formó parte del grupo literario Kairós y coordinó talleres de poesía. Participó en la antología “65 poetas por la vida y la libertad”, Abuelas de Plaza de Mayo, 1983; colaboró en las revistas “Xul” y “Casa de las Américas”.

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