El cordobés Facundo Campazzo, ya base de Denver Nuggets, la franquicia estadounidense con la que firmará contrato en las próximas horas a cambio de 6.000.000 de dólares, la misma cantidad que le pagó a Real Madrid para convertirse en «agente libre», confesó que llevaba «toda la vida esperando concretar el sueño de llegar a la NBA.
Campazzo viajará desde Madrid hacia Colorado en estos días para convertirse en jugador de los Nuggets de cara al comienzo de la Conferencia Oeste de la NBA que se pondrá en marcha el próximo 22 de diciembre.
Y lo hará luego de recibir cuestionamientos de varios periodistas especializados de medios locales, como por ejemplo el Denver Post, por el hecho de ser «el más bajo de los jugadores en la historia en llegar a la NBA (1,79 metros) sin provenir de ninguna universidad de los Estados Unidos».
Esos mismos prejuicios los lleva a cuestas Campazzo desde que empezó a destacarse en la Liga Nacional con la camiseta de Peñarol, de Mar del Plata, y posteriormente cuando llegó a España para vestir los colores de Real Madrid y también, durante dos temporadas, de Murcia. Por eso el de Córdoba Capital que el próximo 23 de marzo cumplirá 30 años sabe de qué se trata y buscará concretar su sueño con toda la garra que lo caracteriza y el juego intenso que lo llevó a convertirse, por ejemplo, en el jugador «más valioso» de la liga española e inclusive de una final de Euroliga.
«Se terminó una etapa de crecimiento y enseñanzas permanentes en España, donde fui muy feliz, pero ahora debo cumplir un sueño por el que llevo toda la vida esperando», confió a través de sus redes sociales Campazzo, en sus primeras manifestaciones tras conocerse la noticia de su arribo a la NBA el pasado viernes 20, justo el día de la Soberanía Nacional en su país de origen.
«Jugué hoy mi último partido en Real Madrid y me quedó una mezcla de sensaciones que van desde la nostalgia que vengo sintiendo desde hace varios días hasta la ilusión por lo que vendrá», indicó. «Facu» reconoció que en el club «merengue» pasó «momentos únicos, inolvidables. De esos que marcan la carrera, pero también la vida de uno. Ojalá nuestros caminos se vuelvan a encontrar algún día», deseó.
«Me estoy yendo de España siendo una persona completamente distinta de la que llegó acá hace ya seis años, en 2014, porque aprendí, maduré, comprendí el valor del trabajo, conocí lugares hermosos y gente increíble», enumeró.