La AFA respondió con duros términos al pedido de Talleres de suspender la asamblea extraordinaria del jueves 17 de este mes, en la que se reelegirá a Claudio “Chiqui” Tapia como presidente hasta octubre de 2028, se renovará el comité ejecutivo, se cambiará la dirección fiscal –pasará de la Ciudad de Buenos Aires a Ezeiza, en la provincia de Buenos Aires– y serán suspendidos los descensos de la Liga Profesional.
“Estamos frente a una improvisada presentación, plagada de inconsistencias, falsedades y un absoluto desprecio por la realidad, quedando en evidencia la real intención de los denunciantes: formular acusaciones, vagas, sin sentido, falsas, y al solo efecto de situar a la AFA como responsable de supuestas irregularidades que permitan abrir una ventana para suspender la asamblea”, dice el texto, firmado por el apoderado legal de la institución, el doctor Federico Helfer.
La casa madre del fútbol argentino pide que el órgano de control resuelva la cuestión en un margen de 72 horas hábiles –se vencerá el lunes próximo– y rechace el pedido del club cordobés. “El plazo vence el lunes porque el viernes 11 es feriado. Sin embargo, el pedido de la AFA no nos obliga en materia de plazo porque de hecho ellos se demoraron en contestar. Pero no es nuestra intención llevarlo a la larga. Intentaremos resolver el lunes a más tardar”, adelantaron desde la Inspección General de Justicia (IGJ).
“Cae de maduro que las disputas que mantiene [Talleres] con las autoridades de la AFA lo llevaron a poner en marcha una especie de vil vendetta para entorpecer sin fundamento alguno el normal funcionamiento de la entidad que represento”, continúa el alegato de Helfer, que además califica al pedido de suspensión de la asamblea como “sin pie ni cabeza”.
“No podemos dejar de señalar que la falsedad de los hechos denunciados y la orfandad de argumentos de la denuncia evidencian en forma palmaria que la finalidad de los denunciantes y/o del club Talleres de Córdoba no es mantener un orden institucional, y/o la transparencia en la vida democrática de la AFA, y/o la resolución de los supuestos problemas de los que adolece el fútbol argentino […]. No, su interés apunta a fines más opacos. Más bien, trastocar el funcionamiento interno de la AFA, boicotearlo, ir a los medios de comunicación para afectar el buen nombre y honor de la AFA y, fundamentalmente, presionar a AFA en otras disputas que son públicamente conocidas”, esgrimió la entidad, vía su abogado.