Carlos Alcaraz derrotó ayer al italiano Jannik Sinner para conquistar el ATP 500 de Beijing, el 16º torneo de la carrera del joven español de 21 años. El duelo entre los dos tenistas llamados a dominar el circuito en los próximos años, que esta temporada se han repartido los títulos de Grand Slam (dos para cada uno), se lo llevó el español por 6-7 (6/8), 6-4 y 7-6 (7/3) en casi tres horas y media de partido.
Como suele ser habitual en Alcaraz, alternó momentos de gran brillantez (55 golpes ganadores por solo 30 de su rival) en el juego con sus clásicas desconexiones (52 errores no forzados a 31). El español no aprovechó hasta tres bolas de ‘break’ (uno de los puntos a mejorar en su juego) para llevarse el primer parcial, una con 6-5 a favor y otras dos en el ‘tie break’. Demasiados regalos para el número 1 mundial, que en la primera ocasión que tuvo para asegurarse el primer set no la desaprovechó.
Alcaraz fue más consistente en el segundo capítulo y no cedió su servicio, lo que le valió para alargar el partido gracias al quiebre logrado en el noveno juego. El español parecía lanzado a la victoria cuando volvió a romper el servicio de Sinner en el tercer juego y colocarse con 3-1 a favor, pero sufrió otra ‘desconexión’ y el italiano lo aprovechó para volver a tomar la iniciativa y colocarse 4-5.
En ese game, Alcaraz fue capaz de alternar grandes golpes, como una volea a un pelotazo de Sinner y revés cruzado a la línea que provocó una sonrisa de incredulidad del italiano, con fallos impensables en un jugador que ya ha ganado cuatro torneos del Grand Slam, pero el español se aferró a su tenis para igualar a cinco juegos.
Pese al cansancio, ambos tenisas ofrecieron en esos momentos algunos de los mejores golpes de su repertorio y deleitaron al público pequinés con puntos espectaculares, dignos de los dos tenistas que están llamados a proganizar la gran rivalidad en la próxima década.
El partido se decidió en el ‘tie-break’, donde Sinner se colocó con 0-3 a favor, pero apareció la mejor versión de Alcaraz para sumas siete puntos seguidos, algunos de ellos inverosímiles, como cuando estaba 1-3 abajo, y coronar su gran semana en tierra asiática con el título.