Ante la presencia de casi 3.000 simpatizantes piratas que viajaron a la provincia norteña para alentar a su equipo, las cosas no salieron como Guillermo Farré pretendía. Los celestes tuvieron su peor actuación en el torneo y no pudieron imponer su idea ante un rival que con pocos recursos lo complicó demasiado.
Aún así, el Pirata lo pudo haber empatado en la última jugada del partido que contó con un desenlace insólito, ya que Pablo Vegetti terminó tapando con su rostro el remate de Tobías Ostchega que se metía en el arco rival.
Pese a la derrota, Belgrano sigue siendo el único puntero de la Primera Nacional con 34 unidades y un partido menos con respecto a sus principales perseguidores: San Martín de Tucumán (29), Brown de Adrogué (27) y Chacarita (26).
El arranque del partido, lejos de ser disputado y de estudio como se preveía, contó con ambos equipos tratando de tomar las riendas del juego y con el objetivo de imponer sus estilos.
A los 5 minutos, Matías Palavecino, con un remate desde afuera del área, encendió las alarmas en el arco de Belgrano, que inmediatamente reaccionó tras una buena habilitación de Pablo Vegetti que Mariano Miño no llegó a definir con claridad.
Con el correr de los minutos, los dirigidos por Darío Franco se fueron haciendo dueños del juego y el encuentro comenzó a disputarse en campo de los cordobeses. El Pirata exhibió serias dificultades para salir con claridad desde el fondo y esto fue aprovechado por los jujeños, que durante este tramo del cotejo tuvieron casi siempre la posesión del balón.
La mejor jugada del Lobo fue a los 25 minutos, cuando Facundo Rizzi desbordó por izquierda, tiró el centro y la pelota le cayó a Leandro González, quien quedó solo frente al arco y terminó rematando desviado.
En el último tramo de la primera parte, los Celestes pudieron salir de la asfixia y la presión que había ejercido Gimnasia y el encuentro se empezó a luchar más en la mitad de la cancha. Peleado, trabado y con pocas conexiones, así finalizaron los primeros 45 minutos de Gimnasia y Belgrano.
Como viene siendo habitual en este campeonato, el Pirata salió a jugar el segundo tiempo con otro ímpetu, adelantándose varios metros en el terreno de juego y teniendo más protagonismo frente a un rival que no apretó como en la primera parte.
Pese al dominio inicial de Belgrano, las chances de gol no llegaron y la más clara en el comienzo del complemento fue para el Lobo, otra vez con Leandro González como protagonista. El capitán de Gimnasia anticipó un centro cruzado desde la derecha pero increíblemente la mandó afuera con todo el arco disponible para que la mandara adentro.
A los 25 minutos, el partido fue frenado momentáneamente debido a la enorme columna de humo que provocaron las bengalas encendidas en la tribuna que ocupaba la parcialidad de Belgrano.
Con los ingresos de Compagnucci, Sánchez y Susvielles, el Pirata sumó más hombres en ataque y lógicamente comenzó a inquietar cada vez más a la defensa del cuadro jujeño. A los 33′, Maximiliano Comba protagonizó la primera llegada seria de Belgrano en todo el partido pero no pudo definir con comodidad tras quedar mano a mano con el arquero Lucchetti.
Cuando parecía que Belgrano se lo llevaba nuevamente a lo Belgrano, Gimnasia le dio una dosis de su propia medicina sobre el final del partido. A dos minutos de cumplirse el tiempo reglamentario, el Pirata quedó mal parado defensivamente y esto fue aprovechado por Francisco Miranda, que habilitó al recién ingresado Matías Reali, para que este defina con categoría y ponga la pelota en el ángulo.
El 1 a 0 cayó como un balde de agua fría en Belgrano, que pese al golpazo no se quedó de brazos cruzados. Con más empuje que ideas, lo fue a buscar y casi consigue la igualdad en una jugada increíble donde Novaretti hizo temblar al travesaño con un cabezazo y en el rebote la pelota le quedó servida a Ostchega, que remató y el rostro de Pablo Vegetti impidió que el balón se cole en el fondo de la red.