El Taborin Rugby Club cuenta con un gran presente a nivel institucional y deportivo, que le hace honor a su rica historia. Gustavo Piñero, coordinador de rugby infantil y femenino, habló sobre el gran momento que atraviesa la institución del sur de la ciudad. “El rugby femenino a nivel mundial está creciendo de forma vertiginosa. Por ejemplo, a partir de este año las mujeres tendrán un campeonato Seven igual al de los equipos masculinos, con la misma cantidad de clubes, y ahora ganarán exactamente lo mismo, tanto hombres como mujeres”, comenzó diciendo.
Fue en el 2020 cuando el rugby femenino se incorporó al “Tabo”, el cual tuvo un crecimiento exponencial. Según palabras del propio Piñero, en el 2020, año de pandemia, arrancó con 10 chicas y en el 2021 ya contaba con 18, además de lograr el campeonato juvenil de la Copa de Plata de la Copa Córdoba. Esto llevó a que haya un gran crecimiento en el club, ya que en el 2022 pasó a tener 35 chicas entre mayores, juveniles y prejuveniles, pasando a competir en tres categorías. Ese mismo año, Taborin fue campeón de la provincia y del torneo regional en juveniles, clasificándose al Nacional de Clubes.
Tras lograr el campeonato Seven de Regreso en 2023, Taborin se prepara para afrontar el 2024 con casi 60 jugadoras, cinco de ellas formando parte de las Yaguaretés, el seleccionado argentino de rugby femenino. Estas cinco jugadoras llegaron al “Tabo” desde el interior del país buscando más competencia de cara a las Seven Series, por lo que el club les ofreció, además del ritmo profesional, un trabajo para que puedan solventar su estadía.
Cabe destacar que, a principio de marzo, las Yaguaretés obtuvieron el subcampeonato del Challenger Series disputado en Montevideo, Uruguay, tras perder la final ante China por 38 a 7, quedándose con la medalla de plata. El Seven Series tendrá su tercera y última etapa en Polonia el próximo 18 y 19 de mayo. Los equipos que finalicen entre los cuatro mejores luego de las tres etapas, accederán a la Gran Final en Madrid prevista para el 31 de mayo al 2 de junio, donde se jugará efectivamente por la plaza al circuito mundial en 2025.
Este crecimiento del Taborin se refleja también en la llegada de Edgardo “El Gato” Rodríguez, a quien Piñero destacó como “uno de los mejores entrenadores del país”. Rodríguez arribó a Córdoba a principio de año y se hará cargo de todas las juveniles del Tabo.
“En el rugby femenino no es fácil captar jugadoras, porque a diferencia del masculino, es difícil que un padre lleve a su hija a jugar rugby. Nosotros damos clases alrededor del club (Camino 60 cuadras, km 18), en Bouwer, en Coronel Olmedo y tenemos convenios con la Municipalidad para dar clases en polideportivos y escuelas. Esa es nuestra forma de captar talentos. Luego pasa que muchas chicas del interior se quedan sin equipo y vienen a jugar a la capital”, contó Piñero.
En palabras del coordinador del club, este año el Taborin apunta a clasificar tanto en juveniles como en mayores al Campeonato Nacional de Clubes, que se logra desde un torneo regional que disputan los dos mejores equipos de Córdoba y los dos mejores de la Unión Andina.
Para Gustavo, en Córdoba los equipos deben apostar más en las categorías infanto-juveniles. “Nosotros somos el club que más mujeres infantiles tiene, y no son más de 15. En varones, hay entre 80 y 90. Esa es una de las grandes diferencias”, apuntó.
José Arias: “Todo el mundo mira a Córdoba”
El trabajo realizado en toda la provincia fue recalcado por José Arias, oficial de Desarrollo en la Unión Cordobesa de Rugby (UCR). “Llevamos 10 años de crecimiento muy intenso, a pesar de que luego de la pandemia perdimos ese impulso. Esto consolidó a Córdoba en un lugar de privilegio y todo el mundo mira a Córdoba, porque es un lugar donde se concentran buenas competencias, equilibradas, con mucha cantidad de partidos por año y más que el resto de las uniones”, explicó. En ese contexto, Arias contó que “la Unión Cordobesa de Rugby ocupa el segundo lugar en cantidad de fichajes, detrás de la Unión de Rugby de Buenos Aires”.
Este año Córdoba cambiará el formato de su competencia y unificará sus dos torneos anuales habituales en uno más largo. Ese brindará los dos clasificados que luego se enfrentarán ante los dos mejores clubes de la Unión Andina en busca de un lugar en el Torneo Nacional.
En cuanto a la financiación de los clubes en Córdoba, Arias apuntó: “La inversión en los clubes, en general, es mínima. Tanto en masculino como en femenino, la mayoría de las cosas las cubre directamente el deportista, por ejemplo, pagarse viajes o indumentaria. En algunos casos hay sponsors que incluyen indumentaria u otro tipo de equipamiento, dependiendo del nivel de los clubes. Por otro lado, los apoyos del gobierno provincial son puntuales, con algunos convenios. El año pasado, el gobierno de la Provincia hizo una inversión y nosotros hicimos la presentación del torneo en la agencia Córdoba Deportes”.
“A mi entender las dificultades que tiene el rugby femenino pasan por lo social, el desarrollo del deporte femenino es no convencional, se va haciendo. Y lo que en general pasa en un deporte como el rugby es que muchas chicas prueban pero no necesariamente siguen, y en algunos casos pueden estar un año, pueden estar seis meses o cuatro meses. Las que superan eso normalmente se quedan y son las que sostienen la estructura, pero el porcentaje de chicas que no vuelve a jugar el año siguiente puede alcanzar el 50%”. Dijo el oficial de Desarrollo de la UCR. “Otras de las dificultades son las adaptaciones en los clubes a tener los espacios, elementos y recursos humanos disponibles para soportar una doble estructura. Específicamente teniendo en cuenta que el entrenador de rugby no es rentado y solo es rentado el preparador físico”, continuó.
“En cuanto a esto de lo social, es mucho más difícil en etapas menores. La jugadora mayor decide acercarse al rugby para probar y algunas quedan. Las jugadoras juveniles, de 15 o 16 años para arriba, van al rugby y dependiendo de la autonomía económica y de la aceptación de los padres de que jueguen al rugby se pueden sostener. Esos padres apoyan mucho el crecimiento del rugby femenino, pero no son todos. Y en el caso del rugby infantil, todavía es muy chiquita la cantidad de niñas. Por eso hasta los 13 años es mixto, y el reglamento lo tiene como mixto hace como 15 años. Sin embargo no se avanza, y la cantidad de nenas jugando con varones es realmente muy poca y está claro que hay una influencia familiar, de quien lleva a su hija a jugar al rugby sin que su hija sepa que existe el rugby”, analizó Arias.
Sobre los objetivos a futuro de este deporte, mencionó: “Nosotros estamos con un desafío grande a nivel nacional y, por supuesto, a nivel local, que es aumentar la cantidad de jugadoras, volver a un crecimiento sostenido y bien sustentable, que ese crecimiento nos ayude a consolidar clubes y que eso nos lleve también a mejorar no solamente la calidad, sino la cantidad de jugadoras en cancha. Nosotros pasamos de jugar de siete en los torneos de hace no mucho tiempo a jugar de 10 y próximamente pasaremos a jugar de 12. Es un intento para este año, ya que algunos clubes van a poder hacerlo, y en un mediano plazo jugar de 15 con las estructuras completas. Eso es un desafío importantísimo. Otro es la consolidación de las jugadoras del Yaguaretés en un nivel más alto de competencia, que está bastante cerca de conseguirse”.
Por último, se refirió a la difusión que cuenta el rugby femenino, quizás el aspecto más importante para que el deporte trepe a la masividad: “Al no tener logros deportivos importantes, el gran público no se entera de este desarrollo, incluso de que existe en el nivel en que está hoy el rugby femenino”.