El conflicto institucional entre Talleres y la casa madre del fútbol argentino llegó a su fin este martes. El Tribunal de Disciplina de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) emitió una resolución clave en la que decidió dar por cumplida la sanción que pesaba sobre el presidente del club, Andrés Fassi, y el entonces vicepresidente, Gustavo Gatti. De esta manera, ambos dirigentes quedan plenamente habilitados para ejercer sus funciones en el ámbito del fútbol nacional.
La medida deja sin efecto el remanente de la dura suspensión de 24 meses que se les había impuesto originalmente. Aquel castigo había sido motivado por dos episodios graves ocurridos en septiembre de 2024: los incidentes con el árbitro Andrés Merlos tras el partido de Copa Argentina ante Boca Juniors y, fundamentalmente, la decisión de Fassi de recurrir a la Inspección General de Justicia (IGJ) para intentar suspender una asamblea de AFA, acción que el Tribunal consideró una violación a los estatutos por no agotar la vía interna.
Según detalla el fallo del expediente 96230, la decisión de levantar el castigo se ampara en el artículo 25 del Código Disciplinario, aplicando principios de “razonabilidad y proporcionalidad”. El Tribunal consideró que la finalidad de la pena (correctiva y no meramente punitiva) ya se ha cumplido.
Sin embargo, el punto determinante fue el gesto político. El documento destaca que en septiembre de 2025, Fassi formuló disculpas públicas, reconociendo su error con la frase “me equivoqué” y dirigiendo sus palabras específicamente al presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia. Para el organismo, esto constituyó un “gesto objetivo de rectificación y recomposición institucional”.
Además, se ponderó que ha transcurrido más de un año desde los hechos originales. Bajo estos argumentos, la AFA entendió que mantener la inhabilitación resultaba desproporcionado, cerrando así uno de los capítulos más tensos en la relación entre el club de Barrio Jardín y la casa madre del fútbol argentino.