El equipo argentino de Copa Davis caminó por la cornisa. Por errores propios y virtudes ajenas, se expuso a un cimbronazo que hubiera dejado heridas de todo tipo pero, con suspenso y más sobresaltos de los imaginados teniendo en cuenta la amplia diferencia de jerarquía, los capitaneados por Guillermo Coria derrotaron a Kazajistán con el aliento final, en el último set del quinto punto, por 3-2, sobre el polvo de ladrillo del Jockey Club de Rosario.
La victoria de Sebastián Báez (25°), que no había sido elegido para la primera jornada, frente a Dmitry Popko (338°) por 6-4, 3-6 y 7-6 (8-6), en dos horas y 48 minutos, le permitió a la Argentina superar los Qualifiers y, después de dos años, regresar a la fase de grupos de las Finales (en septiembre, donde juegan los mejores 16 países). Popko sacó para partido (5-4 en el tercer set) y hasta tuvo dos match points en el tie-break. Timofey Skatov (278°), un jugador desarrollado en las últimas cinco temporadas en Valencia y número 1 del mundo junior en 2018, pero algo relegado en el tour por dificultades físicas, construyó el mejor fin de semana de su vida deportiva. Se encumbró como la figura de la serie, independientemente de la firma final de Báez.
Hasta llegar a Rosario, Skatov sólo había vencido una vez a un rival del top 100 (en el ATP de Nur-Sultan 2021, al italiano Andreas Seppi, por entonces 87°). Aquí, en dos días, derrumbó los cimientos de dos top 30: el sábado, a Tomás Etcheverry (28°); y este domingo, en el cuarto punto de la serie, a Francisco Cerúndolo (22°), por 7-6 (7-1) y 6-4. Fue el gran responsable de que la serie se prolongara y se definiera sobre el cierre del domingo, con las torres de iluminación encendidas.
Fue una pobre serie jugada por la Argentina, ya que sufrió innecesariamente. “Se sacó adelante con mucho huevo. ¿Si la veía perdida? No, pero se había complicado mucho. Todos los chicos se comprometieron, cuando las cosas iban abajo y no salían, estuvieron ahí, se la bancaron, no se rindieron”, dijo Coria.