Talleres se sacó la espina de encima y se consagró campeón por primera vez de un título organizado por la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). En Asunción, Paraguay, el conjunto cordobés venció 3-2 en la definición por penales a River, tras haber igualado 0 a 0 en los 90 minutos y la prórroga. Gastón Benavídez fue quien tomó la pelota y se hizo cargo de un penal que valía toneladas. El lateral derecho fulminó a Franco Armani y selló un momento que quedará para los libros de historia.
La victoria significa mucho más que una estrella para Talleres. Significa haber dejado atrás años y años de decepciones y finales perdidas. Atrás quedaron las finales perdidas ante Boca y Patronato por Copa Argentina. Atrás quedó la trunca definición de la Liga Profesional 2024. El Matador logró romper la pared anoche en el estadio La Nueva Olla y sumó su segundo título, el primero nacional.
Talleres sufrió las mismas imprecisiones que mostró en las primeras ocho fechas del Torneo Apertura. No estuvo lúcido en ataque y las pocas que tuvo, no terminaron dentro de los tres palos por la poca eficacia de sus delanteros. En defensa no sufrió, pero jugó con el cuchillo entre los dientes por la temprana amonestación de Benavídez, que lo obligó a cuidarse gran parte del partido para no dejar a su equipo con un jugador menos.
River mostró sus cartas y se mostró peligroso con sus estrellas, Miguel Borja, Maximiliano Meza, Gonzalo Montiel, Lucas Martínez Quarta y Germán Pezella, entre otros. Pero el Millonario también sufrió la falta de creatividad y nunca pudo romper el cero. También apareció la figura de Armani para negarle el gol en dos oportunidades a Ulises Ortegoza y otra a Emanuel Reynoso, que reemplazó a Ruben Botta.
Con el cero en los arcos, muchas tarjetas repartidas entre los dos equipos y muchas piernas cansadas, todo se definió en unos penales para el infarto. Empezó pateando el Millo, y Guido Herrera le contuvo el disparo a Matías Rojas. Pero “Bebelo” Reynoso marró su penal y no pudo poner en ventaja a la T. Luego, Gonzalo Martínez marcó para el conjunto de Núñez, y Joaquín Mosqueira hizo lo propio para los cordobeses. Miguel Borja aventajó a River y Armani le tapó el penal a Cristian Tarragona. Con el 2-1, llegó el turno para Montiel. El defensor campeón del mundo definió muy mal y la pelota se fue varios metros por arriba del arco, pero nuevamente apareció Armani para traer calma, tapándole el disparo a Ortegoza. Todo estaba a merced de River, que estaba a un penal de ser campeón, pero Facundo Colidio estrelló la pelota en el travesaño. Luego, Nahuel Bustos estampó el 2-2.
En la definición uno y uno, Manuel Lanzini remató muy esquinado y la pelota se fue al lado del palo derecho de Hererra. Y allí fue Benavídez. Con todo el sufrimiento del hincha albiazul en sus espaldas, en un penal que pesaba demasiado, “Chaco” venció al arquero mundialista con un potente zapatazo al ángulo superior derecho.
Y QUÉ LES PARECEEE LA NUEVA FOTITO DE PERFIL??? 😎😎⭐️⭐️ pic.twitter.com/nJo8pwJcWQ
— Club Atlético Talleres (@CATalleresdecba) March 6, 2025
Todo Talleres explotó, en las tribunas y dentro del campo de juego. Varios jugadores saltaban de alegría, mientras otros se desplomaban en llanto, como fue el caso de Juan Rodríguez. Misma situación para Alexander Medina, que no pudo contener las lágrimas. Es que solo el mundo albiazul sabía cuánto se necesitaba tal desahogo. Así, la T volvió a hacer historia y consiguió su primer título en 26 años, una celebración que se le negaba desde 1999. Y levantó la Supercopa Internacional en la capital paraguaya.