El seleccionado femenino de fútbol tuvo ayer el último entrenamiento abierto a la prensa en el predio de la AFA en Ezeiza, a dos semanas del inicio del Mundial de Australia y Nueva Zelanda 2023.
El equipo que dirige Germán Portanova, que el viernes 14 (a las 20.30) jugará un amistoso contra Perú en San Nicolás como despedida del país, trabajó en el gimnasio y luego con circuitos de pases en la cancha.
Mientras que las arqueras realizaron tareas específicas del puesto en el campo de juego, las futbolistas se dividieron en dos equipos y realizaron un reto por tiempo, involucrando habilidades de quite, recuperación y definición en objetivos pequeños.
La arquera Vanina Correa, la única que estuvo presente en los tres Mundiales que disputó el seleccionado argentino femenino (en 2003, 2007 y 2019), en los que nunca logró un triunfo, comentó que “el equipo está bien, enfocado en lo que tiene que hacer. Son tres partidos diferentes pero tenemos la expectativa de sacar un buen resultado. Italia y Suecia tienen un gran juego aéreo, pero nosotras también tenemos lo nuestro”.
Por su parte, la defensora Miriam Mayorga -que viene de lograr el tricampeonato en el Campeonato Femenino YPF con Boca- expresó que cambió “el chip muy rápido”.
“En lo personal, me llenó haber ganado el torneo por lo que costó, pero tuve dos días de descanso y ya estamos pensando en Italia y en el Mundial. En el Mundial pasado sacamos dos empates y ahora vamos por un triunfo pero tal vez mucha gente desconoce la realidad de la selección argentina. Para nosotras sería un paso gigante ganar un partido y ni hablar de pasar de ronda”, dijo.