La fábrica de pelotas Priball, ubicada en la localidad de Bell Ville -la capital nacional de la pelota de fútbol-, confirmó que cierra su empresa por la suba de los costos, las escasas ventas y el ingreso de balones de origen asiático al mercado argentino. Mariano Privitera, propietario de la pyme que surgió en 2004, lamentó el cese en la producción y tildó al contexto económico como “insostenible”.
La empresa cordobesa no quedó ajena a las secuelas que la recesión económica y la alta inflación -que cerró 2018 en torno al 48%- ocasionaron a las pymes argentinas, que tuvieron el año pasado la menor rentabilidad de la década. Pero además, el empresario señaló que la importación de pelotas terminó de ahogar al sector razón por la cual cuestionó que empresas nacionales con capitales estatales como Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) adquiriese 580.000 unidades en el exterior para sus promociones de verano.
“Nos cayó un yunque de arriba, es la competencia más grande que podríamos haber tenido. Se trata de 3 millones de pelotas que ingresaron en los últimos tres años, a un costo muy inferior y con un producto muy diferente al que trabajamos en Bell Ville. Son pelotas descartables. Y es mucha plata que, en vez de circular en la economía regional, sale al exterior, en este caso a China”, dijo Privitera en declaraciones a la televisión local.
Dependiendo de la temporada, unos 50 costureros trabajaban para la empresa del sudeste cordobés que en los próximos días tendrá que liquidar un stock de 15.000 pelotas, para comenzar el proceso de cierre.
En una situación menos crítica que Priball pero no menos preocupados se manifestaron productores de helados locales quienes reconocen bajas en las ventas de hasta un 25% con relación a la temporada anterior.
Según da cuenta un relevamiento de Comercio y Justicia sobre cuatro empresas heladeras, algunas esperan “recuperarse” en lo que resta de la temporada y “al menos” vender el mismo volumen que el ciclo pasado, mientras que otras -menos optimistas- admiten que en los “tres meses de temporada que quedan” no podrán equilibrar las bajas ocurridas durante “cinco meses”.
Adjudican las bajas a dos factores importantes: por un lado, al clima -se dice que es el peor verano en 20 años- con temperaturas bajas hasta la fecha en pleno enero, y -por otro lado- a la crisis del consumo “que ha llevado a que las ventas en nuestras franquicias hayan disminuido hasta un 20% en relación al año pasado, y que nuestra planta haya producido 10% menos”, indicó uno de los empresarios.